Por: Federico Prieto Celi // La lección de la primera dama

por | May 17, 2024 | Opinión

Cada plancha presidencial el año 2021 debía estar integrada por tres personas, una como candidato a la presidencia, otra a la primera vicepresidencia y una tercera a la segunda vicepresidencia. Los dos géneros: hombres y mujeres, debían estar representados, no importa cómo ni cuántos. En el caso de la fórmula del partido Perú Libre el candidato a la presidencia era Pedro Castillo, como hemos visto. A la primera vicepresidencia iba Dina Boluarte. Y a la segunda, estaba pensado Vladimir Cerrón, pero fue objetado por el Jurado Nacional de Elecciones, porque cumplía sentencia en libertad.

Caído Castillo, subió Boluarte. Como mujer, fue mejorando el modo de vestir. Vale. Poco a poco, pensó en las joyas. Los aretes, las pulseras, los collares. De mejores materiales, más vistosos. Y hasta le llegó la hora a los relojes. Viajaría al extranjero con un Rolex, nada menos. Todo ello está en la preocupación natural prioritaria de una mujer. Debe ir a la peluquería si tiene que presidir luego un acto público solemne o pronunciar un discurso importante. Y si hacía falta hacerse cirugía estética, qué le vamos a hacer, todo sacrificio es poco por la patria.

Ha estudiado derecho pero no ha ejercido la profesión en un estudio de abogados sino en el departamento legal del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, RENIEC, donde se entrega a los ciudadanos el documento de identidad. No es especialista en derecho penal, en organización de mafias para delinquir, en tomas y dacas ni en intrigas palaciegas. No se le puede exigir la perspicacia de un político de cuerpo entero tipo Fernando Belaunde Terry o Alan García Pérez. Menos en la dictadura de la suspicacia, a la que estamos sujetos los peruanos, en acertada frase de la ministra de Vivienda, señora Hania Pérez de Cuéllar.

Dina Ercilia Boluarte Zegarra, ese es su nombre completo, nació en Chalhuanca, Apurímac, 31 de mayo de 1962. Tiene claro el principio de la presunción de inocencia. Eso le han enseñado en la universidad. Es la primera mujer que ocupa la presidencia del país en toda la historia republicana del Perú, y tiene que estar a la altura de su representación femenina. Quienes la acosan con acusaciones, buscan vacarla para tomar el poder ejecutivo, que perdieron al caer Pedro Castillo. La acusan de traicionar el programa de Perú Libre, pero ella era invitada y los líderes del partido la expulsaron con todas las de la ley.

Tomemos nota. Cuando una mujer gane la presidencia del Perú hay que asesorarla para que no le pase lo mismo que a Dina Boluarte. Debe tener dos asesores. Uno para que le diga a qué peluquero ir, que ropa comprar, etc. (una modista) y otro que vaya chequeando si pide prestado, compra, acepta regalos, para evitar que caiga sin darse cuenta en esos monstruosos delitos que pretenden que ha cometido nuestra jefa de estado (un penalista). Mientras tanto, las feministas deben cerrar filas con su presidenta Dina Boluarte.

Vista la presencia política de una mujer provinciana, Dina Boluarte, en el más alto cargo administrativo del país, tenemos que recordar que también la primera presidente del Congreso, en el mandato 2021-2022, María del Carmen Alva, era del departamento de Cajamarca. La Fiscal de la Nación, Patricia Benavides Vargas, era del departamento de Huancavelica. También del departamento de Huancavelica. Elvia Barrios Alvarado, fue presidenta de la Corte Suprema y del Poder Judicial para el período 2021-2022, siendo la primera mujer en asumir dicho cargo en el Perú. Todas vienen del Perú profundo. ¿Qué más quieren?

Periodista


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