David Mujica, representante del gremio de transportistas de Lima, denuncia que delincuentes extorsionan hasta S/20 diarios por cada bus.
En el distrito de Comas, Ruuthnam Berríos Pajuelo, conductor de transporte público, fue asesinado a balazos por dos sicarios en motocicleta, ante la mirada horrorizada de pasajeros y vecinos. Este crimen generó una gran preocupación en la comunidad y en el gremio de transporte, especialmente porque en la escena se dejó un cartel con amenazas explícitas.
“Empresa Naranjito, hoy matamos a un chofer, mañana a otro y a otro si le siguen pagando al mostro. Desde hoy no pagarán. Atte. Los que matarán al mostro chonguito”, se leía en el cartel encontrado en el lugar.
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Creciente extorsión en el transporte urbano
La situación es alarmante para los transportistas. David Mujica Castillo, vocero de los gremios de transporte público de Lima y Callao, advierte que al menos el 40% del transporte urbano está bajo la extorsión de bandas criminales. Explica que estas bandas primero identifican a la empresa y luego estudian la flota y las rutas para calcular el monto a cobrar. “Por cada bus cobran hasta S/20 diarios”, señala.
Estas amenazas no solo afectan a los conductores y empresarios, sino también a los usuarios. “Se estima que el 12% viaja en buses concesionados, mientras que el 87%, en buses de transporte público formal”, afirma Mujica Castillo.
Amenazas persistentes
Tras el asesinato de Berríos Pajuelo, las amenazas continuaron. Ayer, varios choferes recibieron llamadas con advertencias como “estas son las consecuencias por no llegar a un diálogo”, “no los dejaremos trabajar más” y “la felicidad y la tranquilidad no tienen precio”.
Berríos Pajuelo, de 42 años y padre de dos hijos, llevaba más de tres años trabajando como chofer de combi. Fue atacado en un paradero en el cruce de las avenidas Revolución y Túpac Amaru, cerca del colegio Fe y Alegría 7. “No le dieron tiempo para nada, le dispararon desde dos lados”, relató una estudiante. Los sicarios dejaron un mensaje amenazante antes de huir.
Investigación en curso
Los investigadores sospechan que este crimen podría ser un indicio de una ‘guerra’ entre bandas que buscan controlar el cobro de cupos extorsivos a empresas de transporte.