El miedo comienza a apoderarse de los rusos
Las tropas ucranianas atacaron con fuego de artillería la ciudad de Lgov, en la región rusa de Kursk, con la cual Ucrania dijo que había tomado 100 asentamientos rusos en una zona fronteriza de más de 1.200 kilómetros cuadrados, ahora bajo su control.
En oposición, Rusia sigue luchando para frenar el avance de Kiev con una respuesta llamativamente lenta a la primera ocupación de su territorio desde la Segunda Guerra Mundial.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania bombardearon con artillería la ciudad de Lgov. Se registraron cuatro impactos. Como resultado del ataque, dos edificios de vivienda y las vías del tren de la estación Lgov-Kiev resultaron dañados”, escribió el alcalde de ese centro urbano, Alexei Klemeshov, en su canal de Telegram.
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El alcalde añadió que el bombardeo, que no causó víctimas entre la población, provocó un incendio en un almacén de una de las fábricas de la ciudad, que fue sofocado por los bomberos.
Lgov, de poco más de 20.000 habitantes, se encuentra a unos 50 kilómetros del sector de la frontera con Ucrania por donde el pasado día 6 las fuerzas ucranianas irrumpieron en Kursk, en el primer ataque terrestre a Rusia desde la Segunda Guerra Mundial.
Miedo en Kursk
Según Kiev, el ataque está dando a los ciudadanos rusos una idea de lo que los ucranianos han sufrido durante los últimos dos años y medio. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, también espera que la ofensiva pueda hacer que la sociedad rusa se vuelva contra el Kremlin y contra su ofensiva a gran escala contra Ucrania.