El gobierno iraní anunció el lanzamiento del satélite de investigación Chamran-1, diseñado para pruebas tecnológicas en órbita.
El régimen de Irán ha logrado un nuevo hito en su carrera espacial con el exitoso lanzamiento del satélite de investigación Chamran-1, el cual alcanzó una órbita de 550 kilómetros sobre la Tierra y ha comenzado a enviar señales a las estaciones terrestres. Según la agencia estatal IRNA, el satélite tiene un peso aproximado de 60 kilogramos y su misión principal es evaluar y probar sistemas avanzados de hardware y software en diversas fases y alturas de la órbita.
Uno de los objetivos secundarios del Chamran-1 es la evaluación de subsistemas de propulsión de gas frío, así como sistemas de navegación y control de estado. El lanzamiento se llevó a cabo con el cohete Ghaem-100, desarrollado por la división aeroespacial de la Guardia Revolucionaria Iraní, y contó con la colaboración del Grupo Espacial de Industrias Electrónicas de Irán y el Instituto de Investigación Aeroespacial.
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Este avance es parte de un proceso continuo en el que Irán ha buscado posicionarse como una potencia espacial en las últimas dos décadas. Desde que logró poner su primer satélite en órbita en 2009, el país ha seguido desarrollando su tecnología espacial, a pesar de las constantes críticas provenientes de Occidente. En 2020, Irán lanzó con éxito su primer satélite militar, lo que aumentó las tensiones con países occidentales, que temen que estos lanzamientos puedan ser utilizados para acelerar la capacidad del régimen de desarrollar misiles balísticos intercontinentales.
El gobierno de Teherán ha negado estas acusaciones, argumentando que su desarrollo tecnológico es parte de su derecho legítimo y tiene fines exclusivamente pacíficos. Sin embargo, la preocupación internacional se mantiene, especialmente entre Estados Unidos y otros aliados, quienes ven en estos avances una posible amenaza para la estabilidad regional.
El lanzamiento del Chamran-1 se produce en un contexto de estrechamiento de relaciones entre Irán y China, quienes han firmado acuerdos de cooperación tecnológica y militar. Esta alianza podría fortalecer aún más las capacidades de vigilancia y defensa del país persa, generando mayor preocupación en los países vecinos y en el resto de la comunidad internacional.