En un contexto marcado por el diálogo y la búsqueda de soluciones pacíficas para los diferentes conflictos internacionales, el Reino de Marruecos ha recibido, una vez más, una valiosa y contundente reafirmación de apoyo internacional a su Causa Nacional del Sahara, esta vez por medio de Dinamarca que lo hizo al margen de los trabajos de la 79ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas.
En efecto, y en un encuentro bilateral sostenido, en esta semana entre el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen, ambos funcionarios abordaron la situación en la región del Magreb, especialmente, la cuestión del Sáhara y la pertinencia de la Iniciativa de Autonomía, lanzada por Marruecos en 2007, para acabar definitivamente con la tensión generada en la región por el conflicto del Sahara.
Así, y al término de su reunión, ambas autoridades han firmado un Comunicado Conjunto que subraya la postura de Dinamarca, al considerar el Plan de Autonomía como «una contribución seria y creíble» al proceso en curso de la ONU y una «buena base para una solución acordada entre las partes».
El apoyo danés se enmarca en la clara alineación de diversas naciones europeas hacia la propuesta marroquí, que busca una solución duradera y mutuamente aceptable al diferendo regional sobre el Sáhara. En este sentido, tanto Bourita como Rasmussen reafirmaron su apoyo al proceso dirigido por Naciones Unidas, y al enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, para la búsqueda de una solución pacífica al artificial conflicto del Sahara.
Es de subrayar que esta dinámica de respaldo internacional a la Propuesta autonómica marroquí, ha ido cobrando fuerza en los últimos años, con un notable incremento en la apertura de consulados por parte de diversos países en las principales ciudades del Sáhara, como Laayoune y Dakhla. Estas acciones no solo demuestran el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara, sino que también apuntan a un compromiso internacional más amplio con el Plan de Autonomía, proporcionando un marco favorable para el desarrollo y la estabilidad en el área.
La posición de Dinamarca se suma, de este modo, a un creciente coro de Naciones que ven en la Iniciativa marroquí una vía seria y viable para resolver un seudo conflicto que ha perdurado a lo largo del tiempo, poniendo trabas y obstáculos innecesarios ante un verdadero desarrollo sostenible en la región del Magreb.