Afectados tuvieron que desplazarse del campo a las ciudades.
Por: Pablo Carranza
– Este mes se cumplieron 56 años del golpe de Estado que dio Juan Velasco Alvarado ¿Cuál cree que es la herencia de ese régimen?
Creo que el punto central de la revolución militar y socialista que inició el general Velasco el 3 de octubre de 1968 mediante un golpe de Estado fue la destrucción del entendimiento entre los peruanos. Esto al destruir la democracia representativa en la práctica, al hacer pasar a los partidos a la inactividad e incluso a la persecución, al asociarse a los sectores más extremistas de la izquierda. No hay que olvidarse que a los pocos días del golpe de Estado, Velasco indultó a los guerrilleros del ‘65 y algunos de ellos, como es el caso de Héctor Béjar, llegaron a ser los funcionarios más importantes del SINAMOS, el llamado Sistema Nacional de Movilización Social que era un parapartido o un embrión de partido único. Todo esto acompañado de expropiaciones y confiscaciones radicales que empezaron en diciembre de 1968 con la nacionalización de la gran banca, que continuaron en el año 69 con la reforma agraria, con el traspaso del 50% de las acciones a los obreros en la comunidad industrial, la expropiación de los supermercados, la gran minería y el petróleo. No hubo actividad económica que no fuese confiscada o nacionalizada. Todas las empresas pesqueras y sus flotas, incluso las petroleras nacionales fueron expropiadas y todo esto culminó con la confiscación de los medios de comunicación en el Perú con el cual estábamos a un paso de una dictadura comunista. La confiscación de los medios de comunicación fue el 28 de julio de 1974. Por suerte en agosto de 1975 el general Morales Bermúdez, que había sido cómplice del golpe de Estado, sin embargo no quiso seguir más adelante con el proceso revolucionario socialista y le dio un golpe de Estado a Velasco. Pero lo que produjo todo esto, porque fue acompañado de una propaganda muy intensa en todos los niveles, en el nivel de los medios de comunicación, en el nivel universitario, en el nivel escolar, en las radios, etcétera, fue crear un clima de confrontación social nunca visto en el Perú.
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– ¿Cuántas empresas estatales se crearon?
Se crearon más de 100 empresas públicas. Todo fue tomado por el Estado, todo lo que era importante, todo lo que era de gran entidad. Yo diría que hubo etapas. La primera etapa fue durante el mismo gobierno de Velasco, que tuvo que admitir que el Perú había entrado en un proceso inflacionario, y con un déficit fiscal muy grande. Entonces, el Ministro de Economía, el General Morales Bermúdez, dio un discurso al país, quitando esta situación. Luego vino la Asamblea Constituyente, ya en 1978, las elecciones, con un decreto ley que la condicionaba a incorporar de alguna manera la construcción socialista que había hecho la revolución de Velasco en el Perú. Entonces, los constituyentes incluyeron en la Constitución tres artículos: uno que consagraba el rol empresarial del Estado, el otro que le permitía al Estado intervenir en la economía, no había autonomía del Banco Central ni nada por el estilo, y el tercero que le permitía al Estado reservarse los dominios que considerase estratégicos. Podía ser el petróleo, la minería, la pesca, el agro, en fin, lo que el Estado creyese que era estratégico para sus funciones. Entonces, la Constitución del 79 fue la que se usó para las elecciones de 1980 y el regreso a la democracia.
– ¿Por qué fue tan difícil desmontar todo el aparato estatal de Velasco?
Ahí entramos en otra etapa. Se regresa a la democracia con el régimen de Fernando Belaunde, pero se hacen algunas reformas, se permiten las importaciones pero no se podía desmontar el aparato público porque la Constitución lo consagraba con esos tres artículos. Luego vino el primer gobierno del presidente Alan García y como él mismo dijo que quería “continuar lo de Velasco”. O sea, volvió al socialismo que rigió el Perú entre 1968 y 1980 y con eso dinamitó lo que quedaba de economía del Estado peruano. En paralelo, la propaganda incesante de corte social-comunista del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del general Juan Velasco fue lo que creó el ambiente propicio para que gente como Abimael Guzmán pudiesen fundar Sendero Luminoso. O sea, sin el ambiente socialista que se había impregnado en el país, hubiera sido imposible que Guzmán tuviese éxito. O sea que, de alguna manera, Abimael Guzmán es un beneficiario de la revolución de Velasco.
– ¿Qué consecuencias trajo la reforma agraria que se hizo en ese régimen?
El 90% de la tierra expropiada era de medianos agricultores que tenían un poco más del mínimo de 150 hectáreas que establecía la ley. Las grandes haciendas eran marginales a la gran mayoría de agricultores expropiados en el Perú. Fueron 20.000 familias, lo que constituyeron más o menos alrededor de un cuarto de millón de personas, que fueron brutalmente despojados de su propiedad y que tuvieron que desplazarse a las ciudades. Cuando se da el golpe militar, dos tercios de la población del Perú vivían en el campo y un tercio en las ciudades. Para 1978, la reforma agraria, que no había cumplido ni 10 años, para el noveno año de la reforma agraria, fracasó de tal manera que nació la informalidad y la migración masiva a las ciudades.