500 efectivos se despliegan en Puente Piedra, Ancón, Santa Rosa y Ventanilla para reforzar la seguridad.
En un esfuerzo por combatir la creciente inseguridad ciudadana, la Marina de Guerra del Perú ha movilizado un contingente de 500 efectivos para apoyar a la Policía Nacional. Esta acción se enmarca dentro de las medidas adoptadas por el Gobierno para reforzar la seguridad en las zonas más vulnerables de Lima Metropolitana y Callao, bajo el Estado de Emergencia.
A solicitud de la Policía Nacional, el Ministerio de Defensa ha dispuesto que los efectivos militares patrullen de forma conjunta con la policía en distritos estratégicos como Puente Piedra, Ancón, Santa Rosa y Ventanilla. El despliegue, coordinado a través del Comando Operacional Marítimo, incluye la realización de patrullajes vehiculares y la vigilancia en puntos considerados críticos para la seguridad ciudadana.
Para garantizar la eficiencia de esta operación, la Marina de Guerra ha puesto a disposición un total de 20 vehículos especializados. De ellos, 12 son vehículos de combate de infantería LAV-25, que ofrecen protección y capacidad de respuesta rápida, y 8 son vehículos blindados ligeros RAM MK3, adecuados para el patrullaje en áreas urbanas. Estos vehículos permiten la movilidad segura de los efectivos, facilitando la vigilancia y disuasión en zonas donde la delincuencia ha mostrado un incremento preocupante.
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El Estado de Emergencia declarado en algunas zonas de la capital y del primer puerto responde a la urgencia de frenar la ola de delitos que afecta la tranquilidad de los ciudadanos. Este despliegue de la Marina de Guerra busca no solo apoyar a la Policía en la prevención del delito, sino también en la restauración del orden público en aquellos lugares donde la delincuencia se ha vuelto una constante preocupación para los vecinos.
El Ministerio de Defensa ha resaltado que esta intervención es una muestra del compromiso de las Fuerzas Armadas con la seguridad interna del país. El despliegue de los 500 efectivos se mantendrá durante el tiempo que sea necesario para devolver la paz a las zonas afectadas, reafirmando la voluntad del Estado de asegurar un ambiente de tranquilidad para todos los ciudadanos.
La cooperación entre la Policía Nacional y la Marina de Guerra refuerza la presencia del Estado en las calles, enviando un mensaje claro a las organizaciones delictivas: no habrá tolerancia con la inseguridad. Las autoridades esperan que estas acciones logren una disminución significativa en los índices de criminalidad y devuelvan la confianza a la población, que ha estado viviendo en una constante sensación de riesgo.
