A solo dos semanas de las elecciones, el candidato republicano genera alarma entre los electores.
Recientemente, el candidato republicano a la presidencia, el expresidente Donald Trump, reveló en varios mítines su intención de llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes irregulares. Para ello, planea invocar la Ley de Enemigos Extranjeros, promulgada en 1798, que ha sido utilizada únicamente en tiempos de guerra y permite la expulsión de extranjeros sin el debido proceso legal.
Trump utilizó el escenario de un mitin en Aurora, Colorado, acompañado de imágenes de dos supuestos miembros de la banda venezolana Tren de Aragua, para anunciar que invocará una ley asociada a uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de EE. UU.: los campos de internamiento de ciudadanos de origen japonés durante la II Guerra Mundial.
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Enemigos
Este fin de semana, Trump volvió a utilizar casos de asesinatos y asaltos cometidos por pandillas, en los que algunos de los imputados son indocumentados, para estigmatizar a los migrantes. Afirmó, de manera engañosa, que además de quitar empleos a los estadounidenses, son más propensos a delinquir, una afirmación que contradicen diversos estudios.
La Ley de Enemigos Extranjeros, establecida tras la Guerra de Independencia para combatir el espionaje y los sabotajes británicos, se invocó por primera vez durante la Guerra de 1812. Esta ley puede ser activada en situaciones de ‘guerra declarada’, invasión o ‘incursión predatoria’ en territorio estadounidense.
El presidente podría activar esa ley de manera unilateral, sin necesidad de pasar por el Congreso, en los casos de invasión o ‘incursión predatoria’. Sin embargo, su aplicación en el contexto de la política migratoria y para procesar deportaciones no tiene precedentes en la historia del país, ya que la jurisprudencia ha reservado su uso para responder a actos de bandos beligerantes