Bombardeos impactaron instalaciones de fabricación de misiles, sistemas de misiles tierra-aire y otras capacidades aéreas del régimen persa
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, afirmó que el régimen de Irán comenzó a “pagar el precio” por sus recientes ataques contra el territorio israelí.
En un video en hebreo difundido en redes sociales, Hagari confirmó que Israel llevó a cabo exitosos bombardeos en Irán como represalia y en defensa de su soberanía.
“Nuestros aviones han regresado a salvo tras atacar objetivos militares en Irán”, afirmó Hagari, al tiempo que destacó que las FDI completaron estos ataques en respuesta a las agresiones de Irán durante los últimos meses.
Según el portavoz del Ejército israelí, los bombardeos impactaron en instalaciones de fabricación de misiles, sistemas de misiles tierra-aire y otras capacidades aéreas iraníes que, afirmó, habían sido diseñadas para restringir las operaciones aéreas de las FDI en la región.
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Para Hagari, las recientes represalias de Israel constituyen un mensaje claro: “Aquellos que amenazan al Estado de Israel pagarán un alto precio”.
En sus declaraciones, el funcionario israelí subrayó que el primer ministro Benjamín Netanyahu dio instrucciones a las FDI de realizar ataques selectivos sobre objetivos clave en Irán, y que estos se llevaron a cabo con precisión, sin dejar de recalcar que “los objetivos han sido alcanzados”.
Enfatizó que los blancos alcanzados se seleccionaron de una amplia “banca de objetivos”, y advirtió que Israel tiene la capacidad de seleccionar y atacar objetivos adicionales si así lo requieren las circunstancias.
Las palabras de Hagari responden al protagonismo del régimen de Irán en el conflicto en Gaza y en la región, al que Israel acusa de fomentar una escalada regional.
“Estamos enfocados en nuestros objetivos de guerra en la Franja de Gaza y Líbano”, aseguró Hagari, quien responsabilizó a Irán de empujar activamente hacia una escalada mayor.
En su declaración, Hagari reafirmó que las FDI mantienen el “máximo nivel de preparación, tanto en defensa como en ofensiva”, y se encuentran listas para cualquier eventualidad.
Pese a la escalada en las tensiones, el portavoz del Ejército aseguró que “en esta etapa, no hay cambios en las pautas del Comando del Frente Interno”, y solicitó a los ciudadanos que sigan atentos a las indicaciones de las autoridades.
Israel, que ha enfrentado un aumento en la actividad hostil de parte de Irán, acusa a Teherán de apoyar activamente a grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, que operan en Gaza y el Líbano.
Según las autoridades israelíes, estos grupos reciben financiamiento, armamento y entrenamiento militar de la República Islámica, lo cual representa una amenaza constante para la seguridad del Estado de Israel y su población civil.
Hace semanas que se esperaba la respuesta de Israel al ataque del 1 de octubre de Irán, que lanzó unos 200 proyectiles contra su territorio, incluyendo por primera vez varios misiles hipersónicos.
Estados Unidos, principal apoyo diplomático y militar de Israel, indicó que había sido informado previamente del ataque y la Casa Blanca lo consideró como una acción de “autodefensa” de Israel.
“Instamos a Irán a que cese sus ataques contra Israel para que este ciclo de combates pueda terminar sin una escalada mayor”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Sean Savett.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dirigió una reunión de evaluación del ataque con los principales responsables del ejército y los servicios de seguridad en la base militar de Kirya, en Tel Aviv, dijo su portavoz.
Las primeras detonaciones tuvieron lugar sobre las 02H15 locales (22H45 GMT), en el oeste de Irán, dijo la agencia de prensa oficial IRNA.
Hubo una primera ronda de al menos seis detonaciones, afirmó la televisión estatal, y horas después se produjo otra serie de explosiones que dejaron rastros luminosos en el cielo.
El ataque provocó la cancelación de todos los vuelos en Irán “hasta nuevo aviso”, según anunció la autoridad de aviación, así como en el vecino Irak, cuyas autoridades argumentaron la decisión en las “tensiones regionales”.