En noviembre, cada cuatro horas se registra una muerte violenta, superando las cifras de octubre.
La violencia en el país alcanza niveles críticos. Según datos recopilados entre enero y noviembre de este año, se han registrado 1,702 homicidios. Tan solo en los primeros ocho días de noviembre, se contabilizaron 65 asesinatos, lo que equivale a un promedio de seis crímenes diarios. Esto representa un incremento respecto a octubre, cuando los registros indicaban un asesinato cada cuatro horas y media.
El analista de datos Juan Carbajal advierte que esta tendencia podría consolidar noviembre como uno de los meses más violentos del año. “El tiempo entre asesinatos se ha reducido a solo cuatro horas. De continuar así, las cifras finales de noviembre superarían significativamente las de octubre”, señala.
La situación se agrava con la desactualización de la plataforma del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), la cual dejó de registrar datos desde el 8 de noviembre. Según el Ministerio de Salud, esta interrupción se debe a medidas de seguridad tras un posible intento de hackeo. Sin embargo, esto genera dudas sobre la transparencia y precisión de la información disponible.
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Gobierno sin respuesta ante el crimen
El exministro del Interior Rubén Vargas considera que el país atraviesa su mayor crisis de inseguridad ciudadana en la historia republicana. Según Vargas, la combinación de un gobierno sin estrategias claras, un Congreso que favorece al crimen organizado con ciertas legislaciones y unas instituciones debilitadas ha llevado a esta alarmante situación.
“Estamos enfrentando un Estado a la deriva. La única respuesta que se ha visto es declarar estados de emergencia, pero esta medida no es suficiente ni sostenible. Mientras tanto, el ciudadano común vive bajo el yugo del sicariato y la extorsión”, señaló.
Víctimas de un sistema fallido
La violencia no discrimina. En San Juan de Amancaes, la abogada y excandidata a la alcaldía del Rímac, Ytala Tipula Jara, fue asesinada a plena luz del día mientras conducía su vehículo. El sicario huyó en una motocicleta tras dispararle.
En otro hecho trágico, en Comas, un mototaxista fue ejecutado por una banda criminal. Aunque pagaba regularmente los cupos exigidos, el dinero no llegaba a los cabecillas, lo que habría motivado su asesinato.
La escalada de crímenes evidencia un panorama desolador para la seguridad ciudadana, mientras las autoridades parecen incapaces de detener esta ola de violencia.