La puesta en marcha del megapuerto de Chancay contrasta con las demandas insatisfechas de su población y autoridades locales, que exigen mayor atención del Gobierno.
El pasado 14 de noviembre se inauguró el megapuerto de Chancay, un ambicioso proyecto que promete ser un motor económico para el Perú y la región. Mientras la presidenta Dina Boluarte y el mandatario chino Xi Jinping seguían la ceremonia desde Palacio de Gobierno, autoridades locales participaron en un evento en el puerto y la plaza central de Chancay. Sin embargo, detrás del espectáculo inaugural, la realidad de la ciudad refleja tensiones y problemas no resueltos.
El alcalde de Chancay, Juan Álvarez Andrade, ha alzado la voz contra lo que considera una falta de compromiso por parte del Ejecutivo. «Necesitamos el apoyo del Estado nacional», afirmó en una entrevista, subrayando que las necesidades locales han quedado relegadas frente a los intereses extranjeros que impulsaron la construcción del megapuerto. Álvarez criticó la ausencia de presupuesto para iniciativas locales y la falta de consenso en proyectos como la construcción de una vía que afectaría el acceso al mar, un reclamo histórico de la ciudadanía.
A lo largo de su construcción, el megapuerto ha tenido un impacto significativo en la comunidad. Explosiones controladas provocaron daños estructurales en viviendas, mientras que el cierre de accesos al mar y la modificación del paisaje natural han reducido el turismo, un sector clave para la economía local. Además, la especulación inmobiliaria y el aumento del tráfico vehicular han alterado la dinámica urbana, generando preocupación entre los residentes.
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Líderes locales, como Vladimir Cantoral, presidente del Frente de Defensa por la Dignidad y Libertad de Chancay, han señalado la falta de atención del Gobierno hacia los problemas de la población. «Los ciudadanos han hecho sacrificios, pero los beneficios aún no llegan a la comunidad», comentó.
En un contexto más amplio, la inauguración del megapuerto refleja el creciente interés de China en América Latina. Proyectos como este han sido clave para consolidar la influencia económica y política del gigante asiático en la región. Sin embargo, informes internacionales han advertido sobre los impactos negativos de estas iniciativas en el medio ambiente y las comunidades locales, alimentando críticas sobre la estrategia geopolítica de China.
