Las cifras del Sistema Informático de Denuncias Policiales revelan un preocupante incremento mensual.
El panorama de la seguridad en Lima Metropolitana sigue siendo alarmante. Según el analista de datos Juan Carbajal, las denuncias por extorsión han registrado un incremento del 22% en octubre, con un total de 796 casos frente a los 649 reportados en setiembre. Este aumento es parte de una tendencia ascendente que inició en julio con 483 denuncias y continuó en agosto con 562.
Carbajal explicó que estas cifras, obtenidas del Sistema Informático de Denuncias Policiales (Sidpol), reflejan no solo el crecimiento de este delito, sino también un fenómeno conocido como «efecto globo». “Cuando se declara en emergencia a un distrito, la delincuencia se traslada a zonas aledañas no intervenidas, lo que genera un incremento en las denuncias en jurisdicciones vecinas”, indicó.
El estado de emergencia, vigente durante 60 días en 13 distritos de Lima, culmina hoy. Pese a las medidas, en algunas zonas los resultados son dispares. Por ejemplo, en Lima Centro, San Juan de Lurigancho fue el único distrito con una disminución de denuncias por extorsión, mientras que en distritos como La Victoria, San Luis, Cercado de Lima, y Miraflores se reportaron incrementos.
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La situación en Lima Este es aún más crítica. Ate y Lurigancho-Chosica, declarados en emergencia, no lograron reducir los casos, y distritos vecinos como El Agustino, Santa Anita y La Molina han experimentado un recrudecimiento del delito.
En Lima Norte, Rímac y Santa Rosa muestran una ligera reducción, pero en otros como Comas, Carabayllo y San Martín de Porres, las denuncias han crecido significativamente. En Lima Sur, Chorrillos, Surco y Villa María del Triunfo, entre otros, también registraron más casos, incluyendo Villa El Salvador, pese a su estado de emergencia.
Por su parte, el ministro del Interior, Juan José Santivañez, destacó una reducción de homicidios del 23% y una baja del 4% en la extorsión en los distritos intervenidos. Sin embargo, las cifras generales contradicen su optimismo.
Las autoridades enfrentan el reto de diseñar estrategias más efectivas y sostenibles para combatir el crimen, evitando que simplemente se desplace de un lugar a otro. Los vecinos de Lima Metropolitana, mientras tanto, demandan soluciones concretas para vivir sin temor.