“¿Por qué hay tanto enfoque en la infraestructura crítica de este hemisferio por parte de los chinos?”, se preguntó Laura Jane Richardson, general retirada de cuatro estrellas del ejército de los Estados Unidos respecto al papel de China en activos importantes como el Megapuerto de Chancay.
Richardson, quien ostentó la jefatura del Comando Sur de Estados Unidos hasta inicios de este mes, mencionó que el primer megapuerto del país de Xi Jinping en América Latina solamente “hará más fácil para los chinos extraer todos estos recursos de la región”, lo que resaltará la estrategia de Beijing de enriquecer su presencia económica a expensas de los intereses locales.
“El megapuerto de Chancay que hizo China en América Latina, mencioné que la región no se está beneficiando de esos recursos que tienen y esto solamente va a hacer que sea más fácil para los chinos extraer todos estos recursos. Eso tiene que ser preocupante”, manifestó.
“¿Por qué hay tanto enfoque en la infraestructura crítica por parte de los chinos, por qué en puertos de aguas profundas, en energía, en ciudades inteligentes, en el área espacial? Me preocupa desde el punto de vista de las aplicaciones militares por el posible uso dual que podría llegar a tener, debido a que son controladas por el gobierno. Las infraestructuras críticas son importantes”, enfatizó.
Sostuvo que ha intentado hablar a las empresas estadounidenses y socios, que “tenemos que competir y salir al campo por esas licitaciones. Si no competimos, nunca podemos hacer inversiones en infraestructura crítica”, mencionó previamente”.
USO DE DATOS
Sin embargo, su preocupación no se limita únicamente a la extracción de recursos, sino que se extiende a la seguridad cibernética y la protección de datos.
“¿Quién va a tener toda esa información esos datos del puerto a través de escáneres? Hay muchas cosas que podemos analizar, debemos tener alternativas que vengan de las democracias, asegurarnos de la seguridad de los datos que son expiados y guardados para otros propósitos. Esa es una preocupación no solo de nosotros, sino para todos los países”, llamó la atención.
ALERTA
El avance chino no solo preocupa a Estados Unidos, sino que genera reacciones diversas en otras potencias regionales. Por ejemplo, Brasil, el mayor socio comercial de China en América Latina, se ha mostrado cauteloso respecto a integrarse plenamente en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Aunque las exportaciones brasileñas de soja y mineral de hierro a China son significativas, persisten tensiones sobre el acceso limitado de productos brasileños al mercado chino.
México, más vinculado a la economía de Estados Unidos, también observa con atención la creciente influencia de China, aunque su relación comercial con Beijing es menos directa. En contraste, países como Argentina y Ecuador han adoptado un enfoque más cooperativo, integrando proyectos chinos como estaciones de telecomunicaciones y represas hidroeléctricas.