El suboficial herido recibió un disparo en el rostro mientras intentaba evitar un asalto a un cambista. Su estado es estable y su recuperación requerirá una reconstrucción facial financiada por SaludPol.
Un enfrentamiento con delincuentes en San Borja dejó al suboficial de tercera de la Policía Nacional del Perú (PNP), Pablo Gregorio Baltazar Sánchez, gravemente herido tras recibir un disparo en el rostro. El hecho ocurrió en el cruce de las avenidas Aviación y San Borja Norte, cuando un grupo de cinco asaltantes intentaba robar a un cambista en plena vía pública.
El agente fue trasladado de inmediato a la clínica Vesalio, donde el proyectil fue retirado con éxito. Sin embargo, el impacto causó daños que requerirán una reconstrucción facial, según confirmó el ministro del Interior, Juan José Santiváñez. Este también anunció que los costos de la cirugía serán asumidos por SaludPol, el sistema de salud policial.
“El efectivo policial mostró una valentía admirable al enfrentar a los delincuentes. La operación de reconstrucción facial ya está garantizada, y el Estado cubrirá todos los gastos médicos”, afirmó el ministro a través de la red social X, antes conocida como Twitter.
El suegro del suboficial, además de destacar la valentía del agente, solicitó apoyo adicional para su familia, especialmente porque el policía tiene a su cargo a una bebé de apenas dos meses. “Es crucial que las autoridades respalden a nuestros agentes, no solo por este caso, sino para proteger a todos los ciudadanos”, señaló.
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Delincuentes capturados tras intensa persecución
La intervención policial culminó con la captura de cuatro de los cinco delincuentes implicados. Uno de ellos falleció durante el intercambio de disparos en la calle Rubens. Los detenidos fueron identificados como Junior Alexander Romero Quero (35), Jefferson Moisés Luques Toledo (25) y Luis Edgardo Antaleón Cosme (44).
La PNP logró recuperar el dinero sustraído y continúa investigando la posible participación de otros cómplices, ya que testigos afirman haber visto a más personas en la escena del crimen.
Este caso pone en evidencia tanto la valentía de los agentes policiales como la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en las ciudades para proteger a la ciudadanía y a quienes arriesgan sus vidas por mantener el orden público.
