La partida de Bashar al-Assad marca el final de un régimen que dominó Siria durante más de medio siglo.
Este domingo, el líder dimitió y abandonó el país, según informó Rusia, poniendo fin a una lucha de casi 14 años por mantener el control en medio de una devastadora guerra civil que convirtió a Siria en el epicentro de disputas entre potencias globales y regionales.
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Fin de una era
La salida de Assad pone fin a la dictadura familiar que comenzó con su padre, Hafez al-Assad, en 1970. Durante las primeras semanas de su mandato en el año 2000, Bashar fue visto como un líder joven y reformista, especialmente tras suceder a su padre en circunstancias inusuales. Sin embargo, las esperanzas de cambio pronto se desvanecieron.
Con tan solo 34 años, el oftalmólogo formado en Occidente enfrentó el desafío más grande de su mandato en 2011, cuando surgieron protestas prodemocráticas en Siria. En lugar de dialogar, recurrió a tácticas represivas, iniciando una guerra civil que dejó a su país dividido y devastado.
Devastación de la guerra
El conflicto sirio dejó un saldo catastrófico:
- Casi medio millón de muertos.
- Más de 11 millones de desplazados, de los cuales millones buscaron refugio en países vecinos y Europa.
- Ciudades enteras reducidas a escombros por los ataques del régimen, con el apoyo de aliados como Rusia e Irán.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron torturas sistemáticas, ejecuciones extrajudiciales y otras atrocidades cometidas en centros de detención del régimen.
Colapso y salida de Assad
El régimen, que parecía consolidado en los últimos años gracias al apoyo internacional y la recuperación de territorios, se desmoronó tras una ofensiva sorpresa lanzada por grupos opositores a finales de noviembre. Mientras Damasco caía en manos de los insurgentes, aliados clave de Assad, ocupados en otros conflictos como la guerra de Rusia en Ucrania y la creciente tensión en Medio Oriente, optaron por no intervenir.
Sin un sucesor claro, el país enfrenta una incertidumbre política considerable.
Legado y perspectivas
La salida de Assad se produce tras un periodo de reintegración parcial de Siria en la comunidad internacional. En 2023, la Liga Árabe readmitió al país, y Arabia Saudí restableció relaciones diplomáticas después de 12 años. No obstante, su gobierno dejó un país fracturado y profundamente afectado por el conflicto.
El destino de Bashar al-Assad sigue siendo incierto, pero su partida representa un nuevo capítulo en la historia de Siria, marcado por la esperanza de superar más de cinco décadas de opresión y guerra.
