Fiscalía consideró que los argumentos presentados no fueron suficientes.
Miguel Rincón Rincón, exlíder del MRTA, falleció debido a un cáncer terminal mientras cumplía su condena en la Base Naval del Callao. Tras su deceso, los familiares del exterrorista solicitaron la entrega de su cuerpo o de sus cenizas, pero la Fiscalía rechazó dicha petición.
La solicitud de entrega del cuerpo, realizada por Miguel Alexander Rincón Gutiérrez, hijo del fallecido, fue desestimada. La resolución fiscal fue divulgada por Abel Gilvonio, director de CoperAcción, a través de su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter). En dicho documento se anunció la incineración del cuerpo, argumentando que los motivos presentados no eran suficientes para autorizar la entrega del cuerpo o las cenizas de Rincón Rincón.
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Para fundamentar esta decisión, la Fiscalía se basó en el artículo 112-A de la Ley 31352, que establece lo siguiente: «En el caso del cadáver de un interno que cumplía condena con sentencia firme por los delitos de traición a la patria o terrorismo, y que, en su calidad de líder, cabecilla o integrante de la cúpula de organizaciones terroristas, represente un riesgo para la seguridad nacional o el orden interno, el fiscal competente, mediante una decisión motivada e inimpugnable, dispondrá su cremación, previa necropsia.»
Por lo tanto, el destino de los restos de Miguel Rincón Rincón permanecerá desconocido. Las autoridades informaron que la cremación y la dispersión de los restos fueron coordinadas con la Autoridad Sanitaria del Callao, el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior.
El perfil de un miembro clave del MRTA
En el MRTA, Rincón ascendió rápidamente dentro de la jerarquía. Tras la captura de Víctor Polay Campos en 1992, asumió un papel de liderazgo clave, dirigiendo el Frente Central de la organización. Fue conocido por su participación en operaciones como el fallido intento de ‘toma’ del Congreso, cuyo objetivo era negociar la liberación de presos terroristas.
Rincón fue capturado por las autoridades en 1989, escapó de prisión en 1990 y fue recapturado en 1995 tras un enfrentamiento en La Molina. Durante este último episodio, Rincón y sus compañeros tomaron rehenes, incluida una niña, lo que agravó su condena. Sentenciado inicialmente a cadena perpetua durante la dictadura de Alberto Fujimori, su pena fue reducida posteriormente a 32 años de prisión con el retorno de la democracia.