Algo que sucede en muchos países, es la ceguera de sus pobladores de no observar lo que sucede con las naciones que han abrigado al socialismo comunista y que les quieren vender como una panacea.
Los engañados pobladores pretenden que sus respectivos países abracen al socialismo, creyendo que en ésa forma tendrán trabajo adecuadamente remunerado, como también elevarán sus niveles de vidas para alcanzar el bienestar.
Francamente, están ciegos para no advertir lo evidente. En los países socialistas los que están bien son sus líderes, sus dirigentes, que de estar probablemente en la inopia han saltado a la riqueza, mientras el pueblo al que dicen servir cada día es más pobre y sin un horizonte de mejoría.
Los ciudadanos de los países que intentan el viraje al socialismo no ven lo obvio, que solo los que conducen los destinos de las naciones ya socialistas, son los que están bien más no los demás. Miren solo lo que pasa en Cuba, Nicaragua y Venezuela. En el país caribeño los hermanos Fidel y Raúl Castro y sus allegados gozaban de un gran nivel de vida y muy probablemente de muchos depósitos monetarios y bienes en el extranjero.
Nuestros compatriotas, si es que no creen a los que les hablamos del fracaso socialista, están en su total derecho de no hacerlo, pero por lo menos constátenlo directamente y por si mismos, observando las realidades de los países a los que nos hemos referido y otros, muchísimo más lejanos, que apartándose del socialismo en materia económica fueron mejorando y elevando la posición de sus connacionales.
En Nicaragua sucede lo mismo con Daniel Ortega y en Venezuela el tema es mucho más escandaloso con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, entre otros, con fortunas inenarrables, mientras que del país llanero han emigrado a otros países cerca ya de diez millones de venezolanos, muchos de los cuales seguramente volverían con un régimen democrático en que se encuentre María Corina Machado.
El caso de Bolivia es también parecido, pues los relacionados a Evo Morales y él mismo, han gozado de posiciones de privilegio, pero sus connacionales siguen en pauperización, pese a todos los ingentes recursos de ese hermano país, que en algún momento fuese el Alto Perú.
Nuestros compatriotas, si es que no creen a los que les hablamos del fracaso socialista, están en su total derecho de no hacerlo, pero por lo menos constátenlo directamente y por si mismos, observando las realidades de los países a los que nos hemos referido y otros, muchísimo más lejanos, que apartándose del socialismo en materia económica fueron mejorando y elevando la posición de sus connacionales.
No olvidemos, los dirigentes de los países socialistas, si en algo son diligentes y exitosos, es en tener niveles de vida tan altos como el que se proponen para ellos, pero bajísimos para sus gobernados, que pierden toda posibilidad de salir de la pobreza.
Si es que se quiere creer en el canto de sirenas, pues sigan engañados y sin ninguna posibilidad de ascenso económico, pero si se quiere la verdad, ella no está lejos, no es necesario que nadie se la cuente, basta observarla en los países que nos quieren poner como ejemplo, pero no lamentablemente de dicha y bienestar, sino de rotundo fracaso. ¡Abran de una vez los ojos y también la mente!