Venezuela vive una creciente crisis política con protestas y represión tras el inicio del tercer mandato de Nicolás Maduro, mientras la oposición insiste en que Edmundo González Urrutia es el legítimo presidente electo
El 10 de enero comenzó en Venezuela el tercer mandato de Nicolás Maduro, marcado por una fuerte crisis política y un despliegue militar. Durante la mañana, Maduro juramentó ante la Asamblea Nacional en el Palacio Federal Legislativo. Sin embargo, el líder opositor Edmundo González Urrutia, reconocido como presidente electo por varios países, había anunciado su intención de asumir el cargo en la misma fecha.
González Urrutia, quien abandonó Venezuela por amenazas de arresto, prometió regresar acompañado de exmandatarios internacionales. Las autoridades venezolanas advirtieron que sería detenido si ingresaba al país. Mientras tanto, el país enfrenta un ambiente de incertidumbre, con protestas en las calles y actos de represión contra manifestantes.
Lee también:
El oficialismo asegura que las elecciones presidenciales del 28 de julio otorgaron la victoria a Maduro con el 52% de los votos. No obstante, la oposición sostiene que González Urrutia obtuvo el 70% del respaldo, basándose en actas certificadas por el Centro Carter. La falta de transparencia en los resultados ha intensificado la desconfianza tanto dentro como fuera del país.
Las protestas contra Maduro se han multiplicado en varias ciudades. Este jueves, la detención de la líder opositora María Corina Machado, seguida de su liberación, reflejó el clima de tensión. Según datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, en un solo día se registraron 157 manifestaciones, de las cuales 17 fueron reprimidas.
Militares en Caracas
El gobierno desplegó miles de policías y militares en Caracas, incluyendo organismos de inteligencia señalados por crímenes de lesa humanidad. Además, se implementaron controles en carreteras y el cierre de fronteras con Colombia hasta el 13 de enero, bajo el argumento de prevenir desestabilizaciones.
A nivel internacional, el apoyo está dividido. Mientras gobiernos como Estados Unidos y varios países latinoamericanos reconocen a González Urrutia como presidente electo, aliados de Maduro como Rusia, China, Cuba y Nicaragua respaldan su continuidad. En contraste, líderes de Canadá, la Unión Europea y Colombia han cuestionado la legitimidad del proceso electoral.