Hace poco Brasil aprobó un paquete fiscal de urgencia para reducir el déficit fiscal y evitar las presiones sobre el tipo de cambio que son complejas en ese país y que afectan sin duda su devenir.
Aquí en el Perú no se hace nada y más bien, este año el gobierno incumplirá, por segundo año consecutivo, la regla fiscal que ya en el año 2023 el marco macroeconómico multianual (MMM) proyectaba un déficit de 2.4% del PBI, pero la caída de los ingresos, consecuencia de la recesión, generó un déficit de 2.8% lo cual se tradujo en el rompimiento de la regla fiscal. En el 2024, el MEF, recurrió al Congreso para que lo autorizara a modificar la regla fiscal y elevar la meta del déficit de 2024 a 2.8%.
Pero esto excedió la autorización y este año será el déficit de del 3.7%.
El Profesor Jorge Baca muestra un gráfico que adjuntamos con las proyecciones del Déficit Público contenidos en los MMM desde el año 2016.
La regla fiscal original de que el déficit fiscal no supere el 1% del PBI, nunca se ha cumplido. Año tras año, el MEF en sus MMM define una nueva trayectoria de convergencia del déficit al 1%, pero estas de 3 años de duración, que buscan acercarse al déficit de 1% del PBI, nunca se cumplen.
Después de la pandemia, salvo el periodo 2021—2022 en el que los ingresos fiscales se vieron beneficiados por los elevados precios de los minerales, poco se ha hecho por volver a la meta del 1%, especialmente por el lado de los gastos.
El mamarracho e irresponsable presupuesto aprobado para el 2025, no revela propósito de enmienda.
Con el argumento de que se requiere mayor gasto público para propiciar el crecimiento del PBI se está poniendo en peligro la sostenibilidad fiscal que ha sido uno de los pilares del modelo económico peruano.
Ello repercute en la deuda pública La regla fiscal señala que la deuda no debe superar el 30% del PBI. En el período postpandemia, los niveles de la deuda pública se han elevado, excediendo la regla fiscal. Y ojo este indicador sólo toma el capital y no los pagos anuales de intereses que son consignados en el presupuesto público y que este año excedían los S/ 27,000 millones.
Después de la ligera reducción de la deuda en los años 2022 y 2023 producto de los favorables precios de los minerales y la recuperación económica postpandemia, la deuda pública viene creciendo sostenidamente y ya se encuentra por encima del 34% del PBI e insistimos allí no están los intereses.
El problema es que la nueva deuda, concertada a tasas de interés cada vez mayores, crea una realimentación a la dinámica de la deuda pública y traer una crisis económica de funestas consecuencias.
El argumento de que el nivel de la deuda pública en nuestro país es muy bajo es absurdo y peligroso e irresponsable y no debe servir de justificación para permitir elevados déficits fiscales.
Hay que tomar en cuenta que, cuanto más tiempo se posterguen los ajustes necesarios para reducir el déficit fiscal, su costo social será cada vez mayor.
Los partidos de oposición y los medios de comunicación deberían apoyar esos ajustes por su propia conveniencia, estando ad portas de la próxima contienda electoral. No hacerlo es una complicidad enorme, incluso contra las futuras generaciones. Advertidos estamos de esta enorme irresponsabilidad de este gobierno y de un Congreso sin duda de un nivel sencillamente “paupérrimo”.
Ver: https://prediceperu.com/2024/12/21/linterna-de-popa-473/