César Gallo Lale
A muy pocas horas de asumir la presidencia de los Estados Unidos, le esperan muchos problemas que resolver a Donald Trump.
El primero es devolver la esperanza al ansiado pueblo estadounidense de recuperar los valores éticos y morales que primaron en la sociedad norteamericana cuando era potencia mundial y regía los destinos del mundo; con garantía y respeto a los derechos más elementales de vida, seguridad ciudadana y a la propiedad, familia y religión, con la protección de las leyes igual para todos, y la previsión de reestructurar y otorgar las derechos básicos de buena educación, salud y oportunidades de trabajo al pueblo tan necesitado en los últimos tiempos.
Con un control exhaustivo para eliminar el terrorismo, la migración descontrolada, y todo lo que promueve el progresismo y el nuevo orden mundial y su agenda proyectada al 2030 y ahora al 2045.
Así observamos que Donald Trump y su equipo de gobierno propone a USA y al mundo entero una política soberana de libertad que desafía el nuevo orden globalista que se quiere imponer al mundo con el progresismo absoluto. De esta manera el gobierno de Trump con la nueva política, propone revalorar las identidades y tradiciones de los diferentes países que surgieron con el amplio dominio de las libertades más elementales para su desarrollo progresivo, manteniendo siempre sus sociedades que, en el tiempo, anhelaron más esperanza en la vida futura de sus pueblos y de la humanidad.
Este nuevo escenario debe de poner en alerta al Perú y a toda la región y olvidarse de la ideología del Comunismo de Siglo XXI ya que lo único que ha traído a los naciones que la practican, es más pobreza, con una inseguridad ciudadana nunca antes vista y una inmigración extranjera descontrolada que ha afectado a las sociedades oriundas de muchos países, aumentando la criminalidad en todo sentido, el terrorismo y el narcotráfico, desestabilizando así a muchos gobiernos con el único fin de apoderarse del poder. Todo lo contrario, ahora en la región, con Trump en Norte América, Bukele en el Centro y Milei en Sur, los gobiernos con nuevos liderazgos deben fomentar el crecimiento económico y promover inversiones de todo tipo ya que el nuevo mundo como es llamada toda la América, es muy rico en variedad de recursos y tiene además posiciones geoestratégicas expectantes para todo el planeta.
El mundo convulsionado en que vivimos, los grandes retos que se avecinan por los bienes comunes, la creciente desigualdad en todo sentido en el planeta, el colapso medioambiental, la transición energética, las diferentes ideologías, el predominio en el uso de las comunicaciones, los cambios geopolíticos, las guerras consecuentes, las nuevas alianzas etc. además de los enemigos de la democracia y las libertades, hará que Donald Trump priorice los problemas, promueva la unión de los países que quieran sumarse a la mejor opción para la supervivencia y con eso tendrá que negociar frente a las fuerzas de los países y/o alianzas que se oponen para lograr la mejor alternativa en provecho del mundo.
Así pues, difícil situación le espera al Perú para decidir su futuro, en este complejo escenario que se nos presenta dada la corrupción generalizada y absoluto desgobierno que tenemos y el caos total frente a las futuras elecciones que se nos vienen.
(*) Teniente general FAP en retiro
