Advierten en consejo de seguridad de la ONU
La tensión entre Israel e Irán, la ofensiva turca contra facciones kurdas o los choques entre la coalición estadounidense y fuerzas pro gubernamentales en Siria están disparando el riesgo de que la guerra se contagie al resto de Oriente Medio, según advirtió ayer la ONU.
«El conflicto está extendiéndose más allá de las fronteras sirias, en más de una dirección», aseguró el enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, en una reunión con el Consejo de Seguridad.
Su aviso no fue el único: varias potencias internacionales, incluidas Estados Unidos y Rusia, dejaron claro que el temor a que la guerra se propague es real.
«Todos los ingredientes están presentes, si no hacemos nada urgentemente, para una gran confrontación regional e internacional», resumió el embajador francés ante la ONU, François Delattre.
Según De Mistura, el reciente aumento de la violencia en Siria ha creado uno de los momentos más peligrosos desde que comenzó el conflicto hace casi siete años.
Este mes, el régimen sirio y sus aliados han endurecido su campaña contra los rebeldes en Idleb y Guta Oriental, con más de un millar de civiles muertos en la primera semana de febrero, según estimaciones de la ONU.
En paralelo, Turquía continúa su ofensiva sobre el enclave kurdosirio de Afrín y hay informaciones de que sus fuerzas han intercambiado fuego con tropas sirias en Idleb.
También ha habido nuevos choques entre la fuerza contra el Estado Islámico (EI) que lidera Estados Unidos y efectivos pro gubernamentales, con decenas de muertos en un ataque de la coalición, según Washington en respuesta a una agresión contra sus aliados en el noreste de Siria.
A todo ello se ha sumado la escalada entre Israel y Siria, tras los bombardeos israelíes sobre el país vecino después de una supuesta incursión en su territorio de un dron iraní, cuyo Gobierno respalda a Damasco en la guerra.
Según la ONU, combinados, todos estos acontecimientos amenazan los acuerdos en vigor para reducir la violencia en Siria y la «estabilidad regional».
Como acostumbra, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, centró hoy las acusaciones en Irán, a quien acusó de estar poniendo «a prueba la voluntad de sus vecinos y oponentes a resistir su agresión».
«El régimen de (Bachar) al Asad se ha convertido en la tapadera de Irán, Hizbulá y sus aliados para hacer avanzar su irresponsable y peligrosa agenda para Oriente Medio», insistió.
Haley urgió a Rusia a utilizar su influencia sobre Damasco para avanzar hacia la paz, mientras que el representante de Moscú, Vasili Nebenzia, insistió en que es Washington quien debe actuar para detener las hostilidades por parte de los opositores.
Entretanto, la situación humanitaria en el país sigue deteriorándose, según Naciones Unidas, que ha pedido una tregua de 30 días para poder llevar ayuda a las poblaciones más necesitadas y para poder evacuar a heridos y enfermos.
El llamamiento figura también en un borrador de resolución que está negociando el Consejo de Seguridad, pero que, por ahora, Rusia ha tachado de poco realista.