Qué esperan estas manos que se voltean para conversar con D-os.
Quedando con las palmas hacia arriba queriendo vestirse de cielo azul… con historias en un tiempo que las delata.
Se quedan mirando hacia arriba, esperando pacientemente a que los espacios las atrapen, con o sin ausencias, aquellas que prometieron regresar.
¡Qué esperan mis manos…!! Cuando se cierran
de un solo puño y no quieren abrirse.
Cada línea cuenta una leyenda.
¡Qué esperan las manos…! Cuando el vacío se hace nada y el aire se chorrea por los dedos
entre los huecos.
Se refugian en los bolsillos de la chaqueta negra, para atrapar los personajes que se a recuestan a las orillas del pensamiento…
¡Qué esperan estas manos…!
Que acariciaron, que agonizaron, que recogieron, que alcanzaron. Y arrancaron el estiércol que a veces se pegotea en cualquier azar.
Cuando transitan expuestas en los corredores,
donde el viento suele pasar, tan al intemperie,
tan del ocaso, tan de cualquiera.
Fotografía, fuente: Camelia Dina Dervily