El hallazgo genera alarma en medio de la creciente violencia en la región.
En Trujillo, un recolector de basura encontró una cabeza humana en un contenedor en una de las avenidas más transitadas de la ciudad. La Policía Nacional del Perú (PNP) llegó rápidamente al lugar para acordonar la zona y comenzar las investigaciones, mientras los vecinos, alarmados, temen que este macabro hallazgo esté vinculado a la creciente ola de violencia que afecta al norte del país, especialmente en regiones donde operan grupos criminales como “Los Pulpos”. Aunque aún no se ha confirmado la identidad de la víctima, se sospecha que los restos podrían ser el resultado de un crimen relacionado con el sicariato y otros actos ilícitos.
Este hecho se da en un contexto de creciente inseguridad, marcado por un alarmante aumento de homicidios en el país. En enero, Perú registró el mayor número de asesinatos de los últimos años, con 181 homicidios, una cifra que triplica los casos reportados en el mismo mes de 2018. Este repunte ha puesto a Lima, La Libertad, Callao y Piura entre las regiones más afectadas por la violencia. La ciudad de Trujillo, en particular, se ha convertido en uno de los epicentros de este fenómeno, lo que generó una fuerte respuesta de la ciudadanía.
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La situación ha provocado que cientos de trujillanos se reúnan en la Plaza de Armas para exigir un cambio. Durante una protesta reciente, los manifestantes encendieron un ataúd como acto simbólico contra la impunidad de las organizaciones criminales. Con pancartas en mano, los ciudadanos exigieron acciones concretas de las autoridades locales y del gobierno central. “No podemos vivir con miedo”, fue uno de los mensajes más repetidos durante la manifestación, que también incluyó gritos dirigidos al gobernador César Acuña y a la presidenta Dina Boluarte, a quienes se les ha cuestionado su falta de respuesta ante la crisis de seguridad.