Fernandito, hijo menor de Túpac Amaru, vuelve a Perú

Comisión liderada por alcalde cusqueño Pantoja, congresista Tello y ecologista Franco culminan gestión en España

por | Feb 3, 2025 | Especiales, Titulares

Comisión liderada por alcalde cusqueño Pantoja, congresista Tello y ecologista Franco culminan gestión en España

Por: Victor Alvarado

Una porción de tierra de la fosa común donde fueron arrojados por las autoridades españolas,  los restos mortales de Fernando Túpac Amaru, hijo menor del Libertador José Gabriel Condorcanqui, conocido como Túpac Amaru II y Micaela Bastidas Puyacahua, luego de que muriera en el exilio en España, ya se encuentra dentro de un cofre listo para ser enviado al Cusco, Perú.

La disposición del propio presidente de España, Pedro Sánchez- Pérez Castejón, de acceder a la devolución simbólica de los restos de Fernandito, mediante la entrega de una porción de tierra de la fosa común que lo albergaba, se debe a que esta desapareció a causa a un bombardeo ejecutado en los días de la guerra civil española.

Obligado a presenciar muertes

El hijo menor de Tupac Amaru tuvo ese trágico final luego de que fuera exiliado a España en 1784 por el Virrey de España en el Perú, Francisco de Toledo, cuando tenía apenas la edad de 12 años, tres años después del asesinato de sus padres, familiares y colaboradores directos, en la plaza de armas del Cusco, un espectáculo cruel al que Fernandito fue obligado a presenciar.

Su padre fue decapitado ante la imposibilidad de ser descuartizado por 4 caballos que tiraron vanamente de sus brazos y piernas; su madre Micaela Bastidas Puyacahua, fue estrangulada y descuartizada y sus familiares y colaboradores corrieron igual suerte, en castigo por haber liderado el movimiento independentista de 1780- 1783, conocido como “revolución tupacamarista”.

En cumplimiento de la pena de exilio, Fernandito fue enviado a una prisión de una colonia española en África y derivado años después a otra en Madrid, y liberado en edad adulta, pero impedido de retornar al Perú y obligado a vivir en la indigencia, hasta morir en esta condición en agosto de 1799 a los 31 años.

Una larga gestión

La devolución simbólica de los restos de Fernando Túpac Amaru es el resultado de una segunda gestión realizada en la misma España por una comisión conformada por el directivo del colectivo Perú Ancestral, abogado Carlos Franco Pacheco, el alcalde provincial del Cusco, Luis Pantoja Calvo y el congresista de la República, Edgar Tello Montes.

El propio alcalde de la municipalidad provincial de Cusco, Luis Pantoja Calvo, ha confirmado a la prensa la culminación de la gestión realizada ante el gobierno español, que preside Sánchez Pérez Castejón, con el apoyo del embajador de Perú en Madrid, Luis Ibérico, el canciller de España, José Álvarez Bueno, el canciller del Perú, Elmer Scheiler, el arzobispo de Madrid, José Cobo Cano y la UNESCO.

El alcalde cusqueño  expresó que la gestión fue plenamente respaldada por las autoridades españolas y elogió el gesto del arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, de extenderles una copia de la partida de defunción del hijo menor de Túpac Amaru II.

Gesta de Hammann y Noriega

La primera gestión, culminada en el fracaso, para la recuperación de los restos de Fernandito, fue realizada por el presidente del Centro de Estudios Histórico- Militares (CEHM), general EP Herrmann Hammann y el presidente del Instituto de Desarrollo Ético de América (IDEA), Ricardo Noriega Salaverry,  ya fallecido, quienes buscaron el apoyo de los presidentes Martín Vizcarra (2018 – 2020) y Francisco Sagasti (2020- 2021), sin conseguirlo.

Hammann y Noriega, al formular su pedido, tenían el informe de una investigación del doctor Aldo Olcese Santonja, doctor en Economía Financiera y académico de la Real Academia Española de Ciencias Económicas y Financieras, quién había constatado que Fernandito había estado sepultado en la cripta de una Iglesia madrileña y luego derivado a una fosa común por no haberse pagado derecho de renovación de tumba.

El propio investigador Aldo Olcese, al profundizar su pesquisa e  indagar por esta fosa común, descubrió que esta ya no existía porque fue destruida por un bombardeo durante la guerra civil española, que desangró a España en el lapso del 17 julio de 1936 al primero de abril de 1939, lo que produjo la desaparición de sus restos.

Resulta oportuno reconocer que el diario La Razón ha sido el único medio de comunicación que respaldó estas gestiones con campañas periodísticas para hacer realidad el retorno a su Patria de los restos de Fernandito.

Última morada

El cofre con la porción de tierra de la fosa común donde permanecieron sepultados los restos de Fernandito, según voluntad de las organizaciones populares cusqueñas, formará parte de la tumba simbólica de su padre, el Libertador Túpac Amaru, localizada en la Plaza de Armas del Cusco.

El alcalde del Cusco, Pantoja Calvo considera un “acto de dignidad, de honor, de reivindicación para el pueblo” sanar heridas y mirar hacia el futuro para hermanar dos países importantes. “Después de un largo viaje de más de 240 años, si Dios lo permite, Fernandito Túpac Amaru retornará pronto al pueblo que lo vio nacer”, dijo.

Respecto a la entrega del cofre a las autoridades peruanas, con la porción de tierra que albergó los restos de Fernandito, señaló que se producirá dentro de un par de meses, luego de que la Cancillería ultime pequeños detalles en consuno con su par española.

Monumento simbólico

Pantoja propone que los restos simbólicos reposen al costado de una cruz de piedra, donde yacen simbólicamente los restos de Túpac Amaru II, su padre, en cuyo lugar también se colocará una placa que perennice la gestión histórica que se hicieron ante el gobierno de España para traer simbólicamente sus restos.

“Hemos hecho las coordinaciones con la Unesco en Madrid, entidad que está de acuerdo y vamos a poner una placa también en la iglesia española de San Sebastián, en la que indicará que allí reposaron los restos del último descendiente de Túpac Amaru II, y que el único delito que cometió fue ser el hijo de un emancipador que luchaba por la liberación de su pueblo de la opresión”, dijo.

A la vista, serán tumbas simbólicas, porque tanto el cuerpo de Túpac Amaru como el de su esposa Micaela Bastidas, fueron llevados por sus asesinos al cerro de Picchu, donde fueron quemados, reducidos a cenizas, las que luego fueron arrojadas al aire y al río Huatanay.

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