El alegre impulso criollo se repite muy alegremente en los tonos de guitarra y cajón. Nos viene hoy a la mano para decir: que el del Interior reconozca su fracaso…y se vaya.
Gracias al cariño que le prodigan los de FP y APP al ministro del Interior, éste ya no se defiende y se ha vuelto virulento y ataca a los que los que le exigen ejercer mejor función en contra de la delincuencia. Para esos eventuales consejeros, les ha enviado un avinagrado mensaje: “esos, no saben nada”.
Está diciendo que él es el que más conoce y domina el espectro delincuencial, pero no logra enfrentarla eficazmente. Y aquí viene su perorata: “Tenemos que ser un equipo sólido como lo son las organizaciones criminales”, lo que resultó un disparate monumental. Resulta que el del Interior, proponiéndose o no, lanzó un soberano insulto a los policías; denigrándolos: les dice que deben copiar el accionar de los delincuentes.
No conforme con ello llama a otras fuerzas a que lo ayuden y no renuncia.
Con el afán de ayudarlo es menester que la mandataria le ponga el fajín a otro ciudadano para luchar contra la delincuencia y ya es un descaro que entre ellos se tapen, se blinden, protejan sus actos.
De qué desastre hablamos en la política peruana que desde el Palacio sale la doña a lanzar crítica al que fuera su leal amanuense. Otro del otro extremo, el tocado replica: “¿A mí, señora? Pues no señora. Hay que ser decentes como manda el ABC de la política?, do you understand? Or, verstehen Sie? Pobre señora. Le dicen en todos los idiomas pero ella…no entiende. Continúa envalentonada “pechando” a tutilimundi y pa’ qué seguir. Entre sus monumentales mentiras anuncia que que ella ha hecho en solo dos y medio años lo que otros gobernantes no pudieron hacer en cinco o más años.
Parecía que estuviéramos escuchando al inmaduro Maduro. Lo triste y al mismo tiempo más ridículo, es que una vez frente a la que desafiaba… guardó silencio. Su asesor legal dijo sin mucho empacho: ella ha hecho uso de su legítimo derecho a guardar silencio. —Pero, por qué entonces estuvo pechando para que la fiscal la llamara.
Mientras ella está inmersa de pies y cabeza en sus problemas personales: que la nariz, que los cornetes nasales, que la papada, o que las arrugas de los ojales y un largo etc, su engreído está batiendo todos los record de permisibilidad de la delincuencia. Y como tiene el abrazo y cariño de la doña se ha conformado con lanzarle a los policías que aprendan de los delincuentes como se dice arriba.
También es de anotar cómo es que ella para soltar tanto disparate hace formar a todos los del suncho. Entonces… a qué hora trabajan esos que están para hacerle la corte antes de abocarse a hacer algo eficiente en sus carteras.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra y analista político.