Real Madrid recibió al Atlético en un duelo clave. El empate deja LaLiga más viva que nunca.
El mismo resultado por tercer derbi liguero consecutivo en el Santiago Bernabéu, un empate a un tanto que aviva la pelea por LaLiga EA Sports, con el Atlético de Madrid sosteniendo el pulso al vigente campeón y que fue líder provisional con la exquisitez del lanzamiento de penalti de Julián Álvarez, antes de que el Real Madrid recuperase puesto de privilegio con el despertar de Vinícius y el gol en su primer derbi de Kylian Mbappé.
Había chutado a las nubes Barrios en el minuto 31 tras una acción en la que Samu Lino se quedó tendido en el césped dentro del área madridista. Hasta esa acción era un derbi con altas dosis de control y muy baja de fútbol. Sin disparos a puerta ni acciones de peligro. En un momento en el que el Real Madrid iba encerrando al Atlético de Madrid más por empuje que por brillantez, el VAR avisó al árbitro, César Soto Grado. Había una acción de Tchouaméni por revisar.
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Lo pagó un Real Madrid que dominó desde una posesión intrascendente. La tensión se mascaba tanto como la impotencia de cada ataque infructuoso. Simeone impidió que su rival corriese en transición y las ideas brillaron por su ausencia sin reacción desde el banquillo de Ancelotti. Con una defensa inimaginable a inicios de temporada en la que Asencio impuso su velocidad y carácter. Donde Tchouaméni, que estuvo acertado al corte, volvió a sufrir en una demarcación que nunca será la suya.
En la máxima igualdad de un arranque de partido anodino, cualquier error costaría caro. Lo cometió Lucas Vázquez y lo desaprovechó Lino, la primera que pudo correr, impreciso en el pase a Griezmann, liberado de marca. El Atlético no demandaba el balón, directo en fase ofensiva, consciente de los puntos débiles en los laterales del rival.