Un informe publicado esta semana por Jada Thompson, economista de la Universidad de Arkansas, anticipa que las deportaciones masivas exacerbarían el problema.
Denver (EE.UU.).- Hasta un 60 % de los empleados en plantas procesadoras y empacadoras de carne en Nebraska han abandonado sus puestos debido a las nuevas políticas migratorias en vigor en Estados Unidos, según un informe difundido este viernes por la Asociación de Productores de Carne de Cerdo de Nebraska (NPPA).
Al Juhnke, director ejecutivo de la NPPA,
alertó que ese estado enfrenta una
«grave escasez de mano de obra» en la industria cárnica y calificó la situación como «una de las peores carencias laborales del país», con solo 39 trabajadores disponibles por cada 100 puestos de trabajo.
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Esta falta de personal, que comenzó hace cinco años con la pandemia, se ha visto agravada debido a la alta dependencia de Nebraska de la mano de obra inmigrante. Según el Instituto de Políticas Económicas (EPI), hasta 2020 el 56 % de los empleados en frigoríficos de carne en el estado eran extranjeros, al igual que el 37,5 % de los trabajadores en mataderos.
Juhnke rechazó que la falta de trabajadores se deba a salarios bajos y señaló que el sueldo promedio de un cortador de carne en Nebraska es de casi 18 dólares por hora, por encima del salario mínimo estatal de 13,50 dólares.
Incluso duplicar o triplicar esa remuneración, afirmó, «no atraería a ciudadanos estadounidenses» a estos puestos de trabajo.
En Kansas, otro estado con alta producción de carne, la industria enfrenta riesgos debido a la posibilidad de deportaciones masivas. Glynn Tonsor, economista de la Universidad Estatal de Kansas, advirtió este jueves que estas medidas podrían generar escasez de carne, llevar los precios al consumidor a niveles récord y afectar gravemente la economía local.