Por: Eduardo Farah H.
No a la violencia
Todos nosotros estamos asombrados de ver como la violencia se ha instalado en nuestro país, hemos visto el día martes, como solo siete mil personas paralizaron totalmente la ciudad de Arequipa y sus alrededores incluyendo el Puerto de Matarani, esto es inconcebible.
La mayoría de personas quiere ir trabajar, los niños asistir a las escuelas, los mineros tienen que hacer sus faenas diarias y los agricultores también. ¿Quién le ha dado el permiso a estos extremistas para que tomen las calles, las carreteras, y destruyan la propiedad pública y privada? A su paso van hiriendo a muchas personas, gracias a Dios que no ha habido personas fallecidas, que al parecer es lo que buscaba el gobernador de Arequipa, lo ha dicho en sus arengas cuando hicieron el estrado, esto realmente el pueblo no lo quiere.
Todo lo que está pasando, la gran mayoría de la población no lo aprueba, nosotros tenemos un pueblo respetuoso de las normas, quienes desean progresar y si hay que reclamar lo hacen con orden y evitando destrozar la propiedad pública y privada.
Lo que la mayoría del pueblo quiere es lo mejor para todos, de tal manera que sus descendientes puedan tener un futuro mejor, estudiando, aprendiendo las labores del campo, labores mineras y consiguiendo vivir con todos los servicios básicos a disposición. Nosotros agradecemos a la Policía Nacional y al Ejército por tratar de proteger a la gente que de alguna manera se ha convertida en víctima.
Arequipa pierde 15 millones de dólares diarios. ¿Cuántos impuestos se dejan de pagar? ¿Cuántos ingresos en la zona del Puerto de Matarani se dejan de obtener? ¿Cuántas verduras y frutas se malogran? ¿Quién lo paga? ¿Cuántos miles de litros de leche se pierden? ¡Qué se lo cobren pues al gobernador, porque es él quien ha instigado para llegar a esta terrible situación.
En otros países la fuerza pública sale a defender y a cuidar al pueblo, hasta en Rusia lo hacen. Para aquellos que creen que la hoz y el martillo son las repuestas a los problemas de los países, tengan en cuenta, que no vamos a permitir que nuestro país se vuelva como Venezuela, lo vamos a defender hasta con la última gota de sudor, pero nuestros hijos tendrán que volver a sus colegios a jugar en sus recreos, así como todos los estudiantes de instituciones públicas y privadas, técnicos o superiores. Ellos defenderán al pueblo de la demencia de un desquiciado, que cree que la violencia es la solución de las cosas. Cuán equivocado está.
La solución de las cosas es la educación, el trabajo, la defensa al derecho de las personas, esa es parte de la solución de los problemas, gritar a todos los vientos e imponer violencia no lleva a nada, la historia del mundo lo ha demostrado así. Nuestro país no merece un demente, ni lo vamos a tolerar.