Por: Martín Valdivia R.
La soledad del Presidente
Dicen que cuando el rio suena es porque piedras trae. Y alrededor del presidente Vizcarra hay demasiadas piedras alrededor de su alicaída administración, convirtiéndose en un candidato fijo a ser vacado tal como lo piden algunos sectores de la oposición. Sus constantes errores y su falta de liderazgo son más evidentes, tratando de distraer a la opinión pública con su famosa reforma política que muy pocos entienden.
Y esta soledad en la que gobierna Vizcarra (con su incondicional Salvador del Solar), tocó fondo al quedar sin bancada en el Congreso de la República, al renunciar Mercedes Aráoz, Carlos Bruce y Ana Choquehuanca al fantasmal partido de PPK. En efecto, a través de un comunicado los tres disidentes manifestaron tomar esa decisión por la “quiebra de la democracia interna” dentro del partido, al considerar que sus opiniones no eran consideradas por los voceros en la toma de decisiones como agrupación.
En realidad, cualquier excusa es buena cuando se trata de abandonar el barco cuando se ve que éste se hunde. No sabemos si la renuncia de Araoz involucra también su alejamiento de la vicepresidencia de la República, pero haría bien en irse y ser consecuente con su posición en el Congreso. ¿Qué busca Araoz quedándose en un puesto donde ni siquiera es considerada en la toma de decisiones?
Lo curioso de todo esto – pintándonos de cuerpo entero cómo se maneja la política – es que apenas renunciaron los ex PPKs, se subió al coche de este partido la cuestionada parlamentaria Yesenia Ponce, sin cuyo concurso la bancada de Peruanos por el Cambio hubiera quedado disuelta por no tener el número mínimo de miembros. Nadie podría creerlo, pues apenas el miércoles pasado Ponce criticaba a Vizcarra por el caso Tía María. Sin duda, esta señora no conoce de vergüenzas y menos de transparencia.
Lo más triste de todo esto es que la economía nacional – que se mantenía alejada del ruido político – viene experimentando una sensible merma en su manejo. El exministro Alonso Segura señaló que los números macroeconómicos han decaído después de 10 años, poniendo en riesgo el bienestar de 30 millones de peruanos. Triste final de un presidente que pudo hacer historia. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.