Por: Germán Lench Cáceres
El Gobierno prometió un país moderno, una revolución social, el incremento de la productividad del Estado y recuperación potente de los sectores.
Nada se cumple, seguimos de cajeros y no hay reestructuración del gasto presupuestal con los recortes de los gastos improductivos, no se usa al planeamiento como herramienta de gestión gubernamental, el equipo económico del MEF acusa a los Gobiernos Regionales que no tienen la capacidad para ejecutar su presupuesto.
EL Gobierno debe entender que estamos en un proceso de descentralización y no se puede retroceder, debe dictar políticas y acciones estratégicas de lo que se debe hacer.
El consumo no se reactiva, los sueldos siguen bajos, la informalidad ha crecido, la calidad de vida del ciudadano ha desmejorado ostensiblemente.
La política económica neo liberal ha reducido la influencia de los sectores en la formulación de la política sectorial y el MEF es quien la define desde el punto de vista de caja del tesoro público y de la inflación, siendo juez y parte, en el aspecto tributario, financiamiento, aranceles, entre otros, creando sistemas que obstaculizan el funcionamiento público. La política sectorial debe tener el visto del MEF, los ministerios no tienen la capacidad de formular y ejecutar políticas, e influir en políticas macroeconómicas que inciden en cada sector.
Se debe reformular el rol del Estado y darle responsabilidad en la creación de mercados en las regiones. Hay que invertir en infraestructura, y ver la economía desde el vínculo entre geografía y demografía.
La reforma del Estado es cambiar la estructura del aparato institucional. Hay que cambiar la visión política y dar soluciones a problemas de la sociedad. ¿Son las políticas públicas suficientes para el desarrollo del país? ¿El programa económico es un problema? ¿Es el funcionamiento del Estado que debe cambiar?
Pobreza extrema, conflictos sociales, difícil acceso a servicios básicos, el pueblo no tiene contacto con el Estado y si lo tiene, ve como enemigo al Poder Judicial, Ministerio Publico, Policía Nacional, Salud Publica, los pobres viven en precariedad, y desconectados del mercado laboral. ¿Dónde radica el problema? lo primordial es cambiar la visión política del Estado para que se preocupe del ciudadano.
El Estado contribuye a la expansión y creación de mercados con inversión en infraestructura para conectar la economía con la geografía. Pero hay que financiar la creación de mercados con inversión privada, un efecto negativo del modelo económico se da en el mercado laboral, que no genera empleo adecuado, sino de baja calificación, productividad e ingresos. El modelo económico, ha generado un sistema laboral que no beneficia al ciudadano; los mercados requieren regulación estatal porque, sin
ella se generan asimetrías de poder y situaciones de dominación y discriminación.
La relación entre Estado y empresa debe reformularse. El país ha crecido desordenadamente, pero la protección del ciudadano sigue ausente. Pensar en la persona no ha sido prioridad. Un país que prefiere el crecimiento, descuida los derechos ciudadanos.
Para no caer en el asistencialismo, debe haber una regulación estatal. Está bien que se promueva el crecimiento, pero se necesitan reglas para que los ciudadanos se beneficien.
El Gobierno está ausente en sectores donde comunidades no tienen colegio, pero está, cuando un ciudadano pone su empresa y aparece una SUNAT que pone trabas.
La organización y capacidad del Estado debe desarrollar la armonía entre crecimiento, actividad empresarial y visión de política con derecho y libertad.
