Colombia está viviendo en estos momentos la antesala de una verdadera catástrofe. Por una parte, una verdadera tragedia se cierne en el área de la próxima elección. Gabriel García Márquez, decía que no hay mejor manera de pulsar la opinión pública que la de conversar con los taxistas. Decía él, que ésa opinión, era más certera que mil tecnificadas encuestas. Los resultados estadísticos, si no se realizan, con una muestra representativa del país, produce informaciones sesgadas, por cuanto desorientan a la opinión pública. Hacer una encuesta tomando al sector más desprotegido de la población, da un resultado diferente, si para la misma encuesta se toma al sector de más alto nivel económico. Por ello, algunas veces, las encuestas son “engañosas” y desorientadoras de la opinión pública. A la pregunta de “quién es su candidato”, los taxistas han respondido que “no tienen candidatos”. “Que por primera vez en su vida, no saben por quién votar”. Para ellos, “ningún candidato está inmaculado, tanto para la Cámara de Representantes, como para el Senado, como días después, para la Presidencia”. “todos están *untados* de una u otra manera. Es decir, ninguno es honesto porque buscan su propio beneficio y de esa manera se manifiesta su corrupción: prometer para lograr ser elegido y una vez elegido, no cumplir”.
Este 18 de Febrero, el diario “El Tiempo” de Bogotá, publicó la entrevista que el periodista Yamid Amat, le hizo al Contralor General de la República de Colombia, Edgardo José Maya Villazón. ¡Desoladores sus comentarios, cuando son palabras de un Contralor en ejercicio!!!!
“La corrupción está acabando con el Estado”…”Ya estamos al borde del abismo”… “Si no se llega a un gran acuerdo nacional para combatirla, el Estado como tal, está *peligrando*”.
Algunas Gobernaciones y Alcaldías, de manera descarada, no quieren someterse a los parámetros de la “Ley de Infraestructura”, que busca *transparencia en las licitaciones*. Estos políticos corruptos aman, los “contratos sastre”, hechos a “la medida del proponente o ente licitador”, después de mediar un soborno.
A raíz de La Constituyente de 1991, a Gobernaciones y Alcaldías, se les concedió autonomía en el manejo de las licitaciones, con el positivo propósito de disminuir el centralismo en la toma de decisiones administrativas y agilizar las decisiones administrativas regionales. Pero esta bondadosa y generosa determinación a favor del pueblo, se convirtió en “patente de corso”, cumpliendo el desgraciado adagio, de “que echa la ley, hay que buscar como violarla”. Algunos Gobernadores y Alcaldes, responden, según el Contralor, “Nosotros somos autónomos. Eso es muy bueno para Bogotá (la capital), pero no para nosotros (en la provincia). Aplíquenlo allá. No nos vengan con *estas vainas*. Nosotros tenemos **nuestro sistema** “Siguen con el pliego –de Licitaciones-, “sastre”, de acuerdo con el proponente y con el amigo”.
“El partido más fuerte que hay en Colombia, (dice el Contralor), es el partido de las Contrataciones”… Es “El Partido de los Contratistas”…“He mirado que la película se repite, pero cada día la dimensión es superior”… “Los Contratistas terminan financiando esas campañas. Y desde luego, que esos dineros *invertidos*, se *recuperan*, posteriormente…”
Menciona el Contralor Maya Villazón, a manera de ejemplo, “que el túnel de *La Línea*, que se contrató por 600.000 millones, lleva al día de hoy una inversión de 2 billones de pesos y yo pienso (dice el Contralor) que falta1 billón de pesos más”. Menciona también el Contralor, “el caso de REFICAR, (la construcción de la Refinería de Cartagena) a un costo inicial de 4.000 millones, con un sobrecosto *injustificado* de 8.500 millones de pesos, equivalente al 5% del Presupuesto nacional”.