Andiolo Zevallos
Un llamado a la conciencia mundial. «Sabemos que se aburren de nuestras imágenes de sangre, pero seguiremos apelando a ustedes. Bashar al-Assad, (presidente de Siria) Vladimir Putin y Ali Khamenei mataron nuestra infancia», dice Muhammed Najem, quien a sus 15 años, reporta fotos y videos informando entre los escombros, la cruenta guerra que desangra su país. Él quiere ser periodista, pero en realidad ya es un corresponsal de guerra internacional, sin saberlo.
“Nos mata vuestro silencio”, dice mientras se escuchan explosiones. “Sálvennos antes de que sea demasiado tarde”, relata desde un territorio donde las consecuencias son devastadoras: 470.000 muertos, 7 millones de desplazados, 6 millones de refugiados y 13 millones que dependen de la ayuda humanitaria y sin agua para sobrevivir. El Banco Mundial, dice que la factura de la guerra llega a los $ 226,000 millones de dólares.
Esta guerra tiene su origen en la corrupción, la captura política, la pobreza, la desigualdad y la violación sistemática de los DD.HH. Comenzó en el 2011, cuando los movimientos sociales empezaron a reclamar sus derechos; pero lejos de conseguir su fin, fueron reprimidos violentamente por el gobierno; convirtiendo a Siria en el centro de la mayor confrontación mundial.
Hoy, mientras las partes beligerantes se arman, combaten y bombardean, la poca población civil sobrevive atrapada entre dos fuegos. Los de 7 años, sólo conocen la guerra y más de un millón, no pueden ir al colegio.
Solo los últimos días, más de 500 civiles, entre ellos 120 niños, murieron en los bombardeos, que el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, calificó como «un infierno en la tierra»; ataque implacable que obligó al Consejo de Seguridad aprobar una tregua de 30 días para entregar ayuda humanitaria, realizar la evacuaciones de heridos y enfermos.
Hace 5 años, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU emitía resoluciones para dar acceso de ayuda humanitaria a los sobrevivientes, los países miembros de este órgano abastecían con armas a las partes en conflicto. El 90% de las armas que se utilizan en el conflicto han sido fabricados por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, especialmente Rusia y Estados Unidos.
Pero lo urgente, realmente es un compromiso serio de la comunidad internacional para poner fin a esta guerra y tender puente para un diálogo político, que pueda evitar la catástrofe humanitaria que se avecina.
“Te quiero mucho y te deseo a ti y a todos los hijos del mundo paz y seguridad”, nos dice finalmente Mujammed Najim, el niño Corresponsal de Guerra.