La corrupción, la epidemia de América Latina (XXV)
Por: Alter B. Himelfarb W.
Desde el artículo anterior, estamos tratando de mostrar cómo la corrupción que generalmente, –y que equivocadamente -, la relacionan exclusivamente con obras civiles (puentes, carreteras, edificios gubernamentales, etc.), se presenta también con cifras inimaginables, en el área de la Salud.
Los directivos de esas empresas privadas, que están reemplazando las funciones que antes eran del Seguro social (Estado), parecen estatuas: Tienen ojos, pero no ven; tienen oídos y no oyen; tienen boca y cerebro (?), solo para tramar iniquidades, maldades, perversidades, inmundicias, etc.
Y lamentablemente los funcionarios del Estado que deben controlar las actividades comerciales y éticas de esas entidades “Prestadoras (del servicio) de Salud”, por lo que vamos a ver, tampoco funcionan.
Lo que está ocurriendo, es tanto como tramar asesinatos en escala, una especie de genocidio. Por eso, estos infames traficantes vinculados, no a la salud de los pacientes, sino a una pírrica “$ALUD” económica para ellos, a pesar de las grandes cantidades que $e
roban, desviando para sus bolsillos, miles de millones de Pesos o Sucres o la moneda del país que han convertido en su ratonera.
Con ellos, la justicia debe ser rápida, dura e inflexible, por los daños colaterales: No es únicamente la plata robada al Estado, por los subsidios que el Estado otorga a los pacientes, sino los daños y muertes que causan a pacientes, con esa puerca conducta.
Los ejemplos que vamos a citar, están ocurriendo en Colombia. Pero no somos ajenos, a que algo como esto, podría estar ocurriendo en algunos de nuestros querido$ paí$e$ Latino americano$, en la “modalidad” que $abemos, de igual o parecida manera. Lo que aquí en el fondo interesa, es la proporción entre el valor a como se debe vender el medicamento o fármaco, con (ojo!) precio regulado y a cómo realmente se está vendiendo, a pesar de los Controles que, en éste caso, “ejerce” el Gobierno Colombiano.
Anticancerígeno “Kaxel” (500mg) Se debe vender en $5.493, lo venden en $646.500, (Un aumento del 12.000% aprox.).
Antipsicótico “Risperdal” (Tableta de 1mg o solución oral de 30ml) $13.044, se vende en $287.105. (2000%, aprox.).
Insuficiencia Cardíaca “Concor” de 2.5mg. Tiene un precio “controlado” de $8.742 y lo venden en $65.194 (600%, ap.).
Presión-Glaucoma “Louten $17.179, lo venden en $104.114. (500%, ap.).
Antihipertensivo “Micardis” (80mg) $24.259, se vende en $248.304. Un aumento de 900% ap.). El “Atacand”, (8mg) se debe vender en $13.999 y lo venden en $185.650 (1200% ap.).
Diabetes “Lantus”, se descubrió que en vez de venderse en $31.321, se estaba vendiendo en $313.210, con 900% de aumento. Cuando la Procuraduría los visitó, admitieron que fue un “error de digitación”.
Antibiótico “Zyvoxid” (600mg) $117.192 y lo venden en $2’965.500 (2400%).
Colesterol “Hiperlipen” (100mg) $14.360 y lo venden en $141.301 (880%).
Anticonceptivo “Microgynon” (0.15mg) $5.072 y lo venden en $42.792 (740%).
Trastornos Gástricos “Nexium” (40mg) $3.617 y lo venden en $21.693 (500%).
A pesar de que hay una “Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos”, lo cual es algo positivo, no obstante, por una parte, estos comerciantes, insisten en que algunos ciudadanos, mueran por falta de medicinas, que no podrían comprar
a esos exorbitantes precios, producto del “chanchullo”. Les importa un “carajo” el “Ser Humano” y les importa un “carajo” la “Salud Humana”.
Y por otra parte, ¿en dónde han estado los controles del Gobierno, desde la iniciación de las operaciones de esos entes privado$ de $alud? Si hubiera habido Control, el mal se hubiera exterminado de inmediato. (Si bien, “privados”, corresponde en esta frase a que son de propiedad particular y no del Estado, la palabra “privados”, juega una doble acepción, puesto que al mismo tiempo, “priva o niega”, los servicios, por falta de equidad y de justicia).
¿Hay complicidad entre los funcionarios de Control del Estado con los Directivos de ésas empresas “Prestadoras de Salud”? Eso lo determinará la Justicia. (Continúa).
(*) Miembro A.I.E.L.C.
La corrupción, la epidemia de América Latina (XXV)
Por: Alter B. Himelfarb W.