Por: Martín Valdivia Rodríguez
Mientras escribo esta columna, unas 140 mujeres están muriendo de cáncer de mama en algún lugar de América Latina. Esta alarmante cifra, en nuestro país se puede resumir así: el 2018, se registraron 6,985 casos nuevos de esta enfermedad, falleciendo 1,858 personas víctimas de una neoplasia que, según los entendidos, puede prevenirse con muy buenos vaticinios.
Y aquí la medicina es concluyente: la detección precoz es básica para luchar contra esta enfermedad, pues los casos de éxito se multiplican cuando una mujer acostumbra a realizarse una mamografía anualmente, además de un autoexamen que la ayudará a detectar cualquier anomalía en sus pechos. Sin embargo, eso no se da, lamentablemente. La gran mortandad que viene alcanzando esta enfermedad (30% de los casos en los países latinoamericanos), es porque su detección por parte de los médicos se realiza cuando el cáncer se encuentra en estadío III, es decir, cuando muy poco se puede hacer para controlarlo.
En el Perú esa cifra alcanza la escandalosa cifra del 50% de tardanza en el diagnóstico. En pocas palabras, de cada 10 mujeres detectadas con cáncer de mama, 5 llegaron con un severo avance del mal, recurriendo a la medicina cuando ya muy poco se puede hacer.
Según la encuesta de Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles correspondiente al 2018 (INEI), apenas un 16.9% de mujeres de 40 a 59 años de edad se realizaron una mamografía. Esto se debe a una falta clamorosa de información y temor de realizarse un examen de este tipo. La mujer acude al médico especialista sólo cuando se siente enferma y muchas de ellas se imaginan cualquier cosa, menos que tienen un cáncer.
Es así que, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud el pasado 19 de octubre se celebró el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, con el único objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos contra esta enfermedad.
La detección precoz a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama sigue siendo la piedra angular de la lucha contra este cáncer. No hay mejor remedio que controlar a tiempo cualquier tipo de cáncer, más aún el de mama que tiene una prevalencia de vida muy optimista en la medida que se lo detecte a tiempo. Si amamos a nuestras madres, esposas e hijas, hablemos con ellas y hagámosle saber que su vida siempre nos importará demasiado. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.