Por: Martín Valdivia Rodríguez : “Como líderes, empresarios y políticos, hoy nos toca con humildad reconocer que en muchas ocasiones lamentablemente no hemos tenido a todos los peruanos y a la ética en el centro de nuestra decisión”. Fueron las palabras de la señora Elena Conterno, presidenta de IPAE, en su discurso inaugural de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE). Un mea culpa esperado por amplios sectores de la ciudadanía que ha visto desfilar a connotados empresarios involucrados en la entrega de dinero – para campañas políticas – en forma poco transparente.
Y es que esta CADE tiene una coyuntura muy especial: no sólo la triste verdad de saber que importantísimos empresarios se vieron involucrados en entregas de dinero a partidos políticos, sino también a la realidad que vive nuestra región respecto a las protestas sociales que se han producido, básicamente, porque la clase empresarial poco o nada ha hecho por revertir la enorme desigualdad existente entre los que más tienen y los que menos tienen. Situación que ha explotado en la cara de los gobiernos democráticos que no han sabido articular políticas de justicia social que empareje el crecimiento económico.
Pero María Isabel León, presidenta de la CONFIEP fue más allá: pidió disculpas al país por las confesiones no santas de los empresarios regalones. “No soy capaz de pronunciar un discurso ante las circunstancias en que vivimos”, dijo compungida. “Apoyamos el trabajo de la Fiscalía, del Poder Judicial, pero también llamamos la atención de justicia para todos. Quienes hacemos empresa debemos hacerlo de forma ética cuando nos ven y cuando no también”, acotó.
Esta es la primera vez que los empresarios del país se enfrentan a una realidad tan cruda como la corrupción, cambiando radicalmente los engolados discursos de ética y moral con los que se floreaban entre ellos. Las palabras sobraban en ese contexto de sentimientos encontrados, toda vez que el empresariado nacional se ha visto involucrado en situaciones que jamás pensaba pasar, sobre todo con personajes tan relevantes como los banqueros más importantes de país.
Es bueno que los empresarios hayan hecho esta mea culpa, pues el país ya no sabe en quien confiar luego de la decepción política reinante. No debemos dar motivos a los zurdos y caviares para que alteren la paz pública y hagan de las suyas como lo vienen haciendo en varios países de la región. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.