Por Juan Sotomayor
Hizo bien Martín Vizcarra al asumir la Presidencia de la República, desoyendo los consejos de quienes sugerían que renuncie con Mercedes Araoz para forzar una convocatoria a nuevas elecciones. El Perú no está para experimentos ni acrobáticas salidas políticas que incrementen la incertidumbre y desazón. Sin ser perfecto, el mecanismo constitucional de sucesión presidencial resultó efectivo para superar una crisis tan complicada como la que hemos vivido en los últimos días.
Ya ubicado en el sillón presidencial, la gran pregunta es ¿por dónde empezar a gobernar un país tan complicado? Las primeras declaraciones del flamante presidente nos dan una pista: luchar contra la corrupción, así como priorizar la salud y educación… Imposible no estar de acuerdo. Sin embargo, a medida que pasen los días, el temario se irá recargando y aparecerán otros asuntos también prioritarios y urgentes.
Bajo esa óptica, será vital conformar un gabinete ministerial que desde el primer momento inspire la sensación que sí hay la capacidad de atender tantas cosas al mismo tiempo. Un gabinete que baje al llano y se muestre cercano a los ciudadanos.
Según algunos, el trabajo será más difícil al no contar con un partido ni una bancada sólida que lo respalde; puede ser, pero en un momento donde el descrédito de los políticos parece estar en su máxima expresión, ello podría ser una ventaja antes que una dificultad. Al menos, para empezar.
La mayoría de peruanos no tenía a Vizcarra como referente de la política en el Perú. Eso también ayuda, pues lo libra de anticuerpos y prejuicios. En consecuencia, la clave del éxito será ir ganando poco a poco el respaldo de la opinión pública. Su primer mensaje ante el Congreso, así como sus primeras acciones en ejercicio del cargo, demuestran cordura y nos inducen a mirar con optimismo el futuro inmediato. Desterrar la política del odio y pedir que ningún poder del Estado avasalle los derechos del otro, son pedidos que no hacen más que recoger el clamor de la calle, lo cual es una buena señal de sintonía con los peruanos de a pie.
La gestión de Vizcarra no será fácil, pues el éxito no depende únicamente de él. Además, no sabemos cuánto durará la luna de miel… Por el bien del país, le deseamos la mejor de las suertes, señor Presidente.