Por: Phillip Butters / Mientras usted lee estas líneas se definirá la vida o la muerte de los señores que aparecen en el titular de esta columna. Tenemos a Castañeda Lossio, tres veces alcalde de Lima, que ha tenido obras como hospitales, escaleras amarillas, bypasses, porque si se trata de obra, nadie en la historia de Lima tiene la cantidad de cemento de Castañeda. Su obra también está en Emape, el IPSS, así como su acontecer político.
A Castañeda no le están encarcelando por lo bueno que hizo, sino por supuestamente recibir dinero Odebrecht para su campaña, que dicho sea de paso ¡NO ERA DELITO EN ESA ÉPOCA! Si lo es, es desde el año pasado.
Castañeda Lossio tiene que probar que nunca recibió dinero de Odebrecht o de OAS, porque Martín Bustamante, que ha sido su mejor amigo, supuestamente dijo que le financiaron la campaña con 100 mil, 120 mil o 400 mil dólares. Pero eso tiene que ser corroborado.
Después, estamos ante el caso de tener que comprobarle que no tiene arraigo domiciliario. Eso es una barbaridad porque si él le pasó a su hijo su propiedad, es porque consideraba que podía morir por el cáncer que tiene. Pero sí tiene arraigo.
Su pronóstico cancerígeno y de todas las enfermedades que tiene, no solamente está probado médicamente, sino es evidente.
La pregunta cae de madura ¿De verdad tiene que estar en prisión Castañeda? ¿Representa peligro de fuga? ¿Puede obstaculizar la justicia?
Castañeda ha pedido, mediante su abogado, que le den un arresto domiciliario. Creo que por ser de justicia tendría que ir a una clínica con visita restringida de los hijos, que son sus únicos familiares.
Mientras lo investigan es una barbaridad meterlo preso. No lo dice el suscrito, lo dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Suprema del Perú.
Otro caso es el César Villanueva, que a diferencia de Castañeda es acusado por Odebrecht con “codinome” y todo, de haber recibido ¡COIMA! Es decir, cohecho, colusión, por la carretera San José de Sisa cuando era presidente de la región San Martín. Eso es delito grave.
Tuvo un poder inmenso al haber sido el premier favorito de Martín Vizcarra y ha tenido una evidente obstrucción a la justicia, cuando pedía la cabeza del Fiscal de la Nación, Pedro Chávarry.
Este señor, por la abundancia de pruebas, tendría que ser acusado de inmediato.
Y si es cierto su diagnóstico médico, debería ir también a una clínica y ser enjuiciado de inmediato.
El caso de Luna Gálvez es diferente. Él es sindicado por Martin Bustamente como receptor de los fondos para la campaña de Castañeda Lossio.
Supuestamente, Luna Gálvez le pagaba a Castañeda por clases fantasmas que brindaba en la universidad Telesup. Un absurdo.
Luna Gálvez tiene arraigo domiciliario, también partidario porque es jefe de un partido con una bancada en el Congreso, y yo no entiendo cómo puede obstruir a la justicia.
La justicia tiene que ser igual para todos, pero vemos que eso no sucede. ¿Por qué PPK está en su casa? Es por la edad que tiene. Entonces ¿No sería justo que la Villarán también se vaya a su casa?
Desgraciadamente hemos tenido mucha gente que se ha burlado del estado y salud hasta de Fujimori que tiene cáncer. Penosamente la gente se olvida que “el que a hierro mata, a hierro muere”.
Acá a todos les va a caer la quincha de la justicia y de la edad. Ojalá que los jueces tengan en cuenta todos esos criterios para valorar las prisiones preventivas de estos tres sujetos.