Por: Phillip Butters / Está fuera de discusión que Luis Castañeda Lossio fue un buen alcalde. Desde mi punto de vista no recuerdo a nadie con tamaña obra como la de “Lucho”, por los hospitales de la solidaridad, las escaleras, los bypasses, las piscinas, los parques, las veredas, los jardines, me queda clarísimo que hizo una buena obra.
Lo mismo puedo decir del “Gordo” Andrade, de Belmont. Todos en su momento y con sus limitaciones hicieron obra. Recuerden que en su época, también pretendieron corretear a Andrade y durante años a Belmont. Ninguno de los dos sufrió lo que está pasando Castañeda Lossio. También se enfrentaron al poderío del aparato Fujimontesinista.
Lo que le tocó a Castañeda es sufrir la responsabilidad de algo que de primera mano no es delito, porque los aportes a campaña no lo son. Son eso, responde a una tipificación recién desde el año pasado y es un delito que en el peor de los casos va de 2 a 5 años, pero no está tipificado como organización criminal.
Para que eso vaya a un juicio y en ello suceda “Excepción de naturaleza de acción”, pasarían años con Castañeda en prisión preventiva.
Tampoco se puede juzgar a Castañeda por su antipatía o simpatía, especialmente porque ha sido juzgado por el Grupo El Comercio, por prácticamente unas facturas mediáticas que son dadas a José Graña Miró-Quesada y a Graña & Montero.
Un sicariato mediático inclemente hizo de Castañeda un “Brujo”, cuando seguramente es un viejo gruñón, malhumorado y cascarrabias, pero eso tampoco es delito.
Lo que sí es cierto, grande como una catedral, es que el exalcalde está con cáncer. No solo tiene una cojera visible producto de una enfermedad degenerativa a los músculos.
Que un hombre de 73 años que tenga un cáncer de próstata y probablemente esté haciendo metástasis. ¿Cuál era el objeto? ¿Acaso se va a fugar? ¡No tiene a dónde ir, como es obvio!
Llevará un tratamiento oncológico y su juicio en libertad.
Lo mismo puede pasar con Víctor Albrecht, un tipo grande de 1.92 metros y pesa 54 kilos por un cáncer al estómago que es evidente. Sin embargo, Richard Concepción Carhuancho se ensaña con él y lo tiene en una cárcel. Asumo que quiere tener “el gol” morboso de un presunto criminal muerto en la cárcel. Inclusive, pensando que fuera culpable ¿A dónde se puede fugar? ¿Cuál es su capacidad de obstruir la justicia estando a muy poco tiempo de morir?
Y reitero que pienso que Susana Villarán tendría que cumplir una prisión domiciliaria porque tampoco está bien de salud. La justicia se ha convertido en “Canera”, morbosa y sádica. Lo que no saben los señores como Carhuancho, José Domingo Pérez o Vela Barba, es que la historia es cíclica, pasado mañana les puede tocar a ellos en la nuca, o a cualquier familiar.
Recuerdo que uno no debe burlarse de la salud, incluso ni de un culpable, porque ese culpable tiene esposa, hijos y amigos que les duele y lo sienten. Uno no puede ser miserable. La justicia tiene que ser sinónimo de equidad y de mesura. De ninguna manera de abuso.