Por: Phillip Butters / La situación es absolutamente caótica, y vamos a poner una serie de ejemplos, para que el lector de LA RAZÓN se forme su propio criterio. Resulta que un hospital normal que se puede llamar Almenara, María Auxiliadora, Ate, el hospital de Vitarte, el Carrión, o cualquier otro hospital como el Loayza o el que usted escoja de Lima, tiene un promedio de 20 muertos al día.
En Lima hospitales de esas características son alrededor de once. Eso da una cifra sencilla de 200 muertos diarios en los hospitales. La pregunta cae de madura ¿Y cuánta gente muere en la cola del hospital? ¿Y cuánta gente muere en su casa? ¿Cuánta gente no llega a hacerse una prueba molecular o rápida? Simple y llanamente muere, sin saber que murió de Covid-19. Bueno, la cifra de los muertos es esa. Y a mí me comentan, sin necesidad de que quieran salir al aire en declaración alguna, directores de hospitales; que la cifra en Lima podría ser de 250 personas al día y a nivel nacional el doble, es decir, 500. Si eso fuera cierto, estamos hablando de unos 3,500 muertos a la semana, en todo el Perú. Señores, ¡es una cifra atroz!, porque estaríamos hablando de 12 mil muertos en lo que viene de este mes. Eso lo dejo para que el Gobierno medite y piense, si realmente están haciendo un conteo serio o nos están mintiendo. Resulta que el Gobierno también, recién se ha dado cuenta que las empresas privadas pueden importar directamente pruebas moleculares o pruebas rápidas, y recién se les ocurre permitir esa importación. En buena hora, porque vamos a ver cómo es que se hace esto de verdad, habida cuenta que los cuerpos logísticos sin importación de las empresas privadas, les aseguro, va ser bastante más rápido que el MINSA o que EsSalud. Ahora bien, se anuncia con bombos y platillos que se va a poder retirar el 25% de los fondos de las AFPs teniendo como un máximo 12 mil y pico de soles. La ley está tan mal dada que no hay “intangibilidad de los fondos”. ¿Y eso qué cosa quiera decir? Que nadie puede embargar la cuenta de las AFP mientras sea de AFP, que una vez liberado ese monto, los bancos sí se podrían cobrar los créditos vehiculares, las tarjetas de crédito o los créditos hipotecarios. Contrariamente, si la gente comienza a sacar ese dinero y se lo lleva a su casa, van a ver larguísimas colas de gente con mucho efectivo “cash”, listo para ser “marcados” por los MARCAS. ¿Eso qué quiere decir? que se van a generar no solamente mas colas, más aglomeraciones, para que la gente se infeste por Covid-19, sino que además, los ladrones van a estar a la orden del día, porque quien deje dinero en el banco, se va a sentir estafado por el Estado, por las AFPs y por el banco mismo, porque les van a quitar el dinero para pagar sus deudas que, en este
momento, no se están cobrando. Y por supuesto, va a ver una gran cantidad de gente con mucho efectivo en la calle para que los “marcas” se aprovechen de esa situación. Los
absurdos no dejan de cometerse día a día.
Un Gobierno que dice que va a entregar bonos universales, sin explicar cómo van llegar esos bonos al sector rural, en donde se sabe el 80% no tiene internet, ni conoce cómo ponerse en la cola del Reniec. Todos absurdos, todas cosas ilógicas que ni el Presidente y ni ninguno de sus ministros se explican. ¿Qué está pasando? ¿Por qué ocultan cifras? ¿A dónde apuntan? ¿A que la culpa es de la gente que se aglomeró en los mercados? ¿Y de las farmacias que no se abastecieron? ¿Acaso EsSalud y el MINSA no tienen absoluta libertad de importar y en flete de avión? Es decir, ¿que llegue a Lima en 72 horas la orden de compra que ellos quieran? ¿Acaso el Paracetamol o la Azitromicina, por dar un ejemplo, no son genéricos a nivel mundial y se pueden comprar? Todas las cosas que están pasando no tienen razón de ser, en un Gobierno orate, un Gobierno inconsecuente y hasta insensible. Hasta la Sociedad Peruana de Pediatras dice que los niños no han debido comenzar a salir desde ayer. El Colegio Médico pide extensión de la cuarentena y el país sigue esperando que Vizcarra de explicaciones, pero no se le da la gana dar. La lógica de Vizcarra, ciertamente, no se lleva bien con la realidad.
