Una filípica si tengo que consumir afrecho

por | May 31, 2020 | Opinión

Por: Jorge B. Hugo Álvarez / ¿Qué podría suceder en un país donde más del 75% de la actividad económica es informal?  Muchas son las inquietudes a tener como explicación y respuestas. No obstante, la realidad nos quitó el sueño y nuestras ilusiones, porque despertamos hallándonos sojuzgados con una economía tan precarizada donde se vive del día a día para comer y el hambre aprieta.  Felices los privilegiados funcionarios públicos y servidores del Estado, políticos y ricachos que viven de la teta del Estado a cuerpo de rey.

Entiendan, que los peruanos tenemos dignidad y no podemos ser condenados a vivir con medias verdades oficiales, subsidios, dádivas y conmiseración sumado a una cuarentena cuartelera mucho más prolongada que el resto de los países de América del Sur.  Allí se tiene a Uruguay como ejemplo de lo que se debe hacer. Ellos ganaron la batalla al coronavirus sin confinamiento social.

Resultaron claves: rebaja de remuneraciones de los funcionarios del Estado, impuestos a la riqueza, cero corrupciones, disciplina, valores, educación y servicios de salud óptimo y de calidad.  No obstante, en esta hora de dolor, invocamos la unidad de todos los peruanos de bien para superar esta odiosa situación, aun cuando tengamos que comer afrecho, para no morir de hambre o convertirnos en tuberculosos.

Ya habrá un momento de reflexión, cuando pasada la terrible pesadilla, exijamos una sanción moral a los autores de esta miserable situación: empresarios, Expresidentes, Exministros, políticos, economistas, medios de comunicación sumados al coro unánime de una supuesta prosperidad y desarrollo económico. En suma, nos engatusaron porque estábamos tan lejos de esa realidad.

Fueron ellos los patrañeros y nosotros los ilusos, hasta que el coronavirus se encargó de desnudarnos por completo. Ellos construyeron un sistema económico frágil, informal, con oligopolios y monopolios desde 1975. Tantos años para enriquecer a unos pocos y tantos años para fomentar una cultura de la corrupción.

Fue el General EP Juan Velasco Alvarado el único con visión de país, liderazgo y coraje al pretender industrializar nuestra Nación. No lo dejaron. Entonces, otra hubiera sido nuestra historia, si los ex –presidentes en democracia, hubieran orientado este ideal como política de Estado, sentando las bases del proceso de desarrollo industrial, vía diversificación productiva.

Tampoco lo hicieron, negándosenos la oportunidad de convertirnos  en una potencia regional. Allí el ejemplo de Corea del Sur, que en su momento y sin recursos naturales lograron constituirse en un país industrializado manufacturero y tecnológico, diversificando su producción. Son culpables la derecha y un sector de esa izquierda extremista. Por eso, ¿Cuánta falta nos hace una derecha e izquierda ilustrada y no una bruta y achorada?

En suma, resulta muy cómodo culpar a un sector importante del pueblo peruano por su indisciplina y poco respeto a la ley. Cuando quienes nos gobernaron no practicaron con el ejemplo esa cultura de valores, disciplina, decencia, honradez y visón de país. Entonces, la pobreza, el hambre, la inseguridad, la enfermedad y la depresión son caminos seguros a transitar por uno años.

                                                                  (*) Abogado penalista y analista político.


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