Por: Omar Chehade / Nadie estará por encima de la ley La democracia significa que nadie está por encima de la ley. Este domingo a poco de acabar la legislatura
aprobamos entre otras reformas constitucionales, la eliminación total de la inmunidad parlamentaria, pero también la eliminación de la inmunidad y antejuicio de otras altas autoridades del Estado, entre ellas la del presidente de la República, ministros, miembros del Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo entre otros. No deja de sorprendernos que el presidente Martín Vizcarra no nos agradezca por esto. Pensamos que, habiéndose proclamado el adalid de la lucha contra la corrupción, el jefe de estado estaría celebrando la aprobación casi unánime de la norma sancionada por el Parlamento y no preocuparse, salvo que Vizcarra tenga que esconder algo grave. Lamentablemente, todo parece indicar que así ha sido. ¿Cómo puede molestarse, pateando el tablero y seguir enfrentándose con el Poder Legislativo, cuando la lucha contra la corrupción es transversal? Hemos eliminado la inmunidad parlamentaria, pero también la de todos los altos funcionarios del Estado incluyendo la del propio Vizcarra. Con ello además hemos evitado un referéndum en plena crisis sanitaria que el presidente quería convocar de manera irresponsable y demagógica. El domingo se ha demostrado que cuando una causa es justa, noble y legítima, se pueden unir todas las bancadas parlamentarias. Votaron 110 congresistas a favor de los 130 existentes. La gravísima situación que atraviesa el país a causa del Covid 19, y el fracaso del mediocre gobierno del presidente en su lucha contra la pandemia y la reactivación económica lo ha llevado a distraer a la población cuestionando la labor del Congreso en cuanta conferencia de prensa tiene, mintiendo sobre las reformas electorales de equidad de género, inmunidad parlamentaria, impedimentos para postular y otros, cuando los congresistas y la comisión de Constitución que presido venía trabajando en ellos a tiempo completo, a punto de haber aprobado siete dictámenes históricos y emblemáticos en apenas 60 días de labores. Hemos visto como expresidentes, congresistas, magistrados prófugos y hasta un ex contralor han estado presos o perseguidos por la justicia. Toda esta situación ha conllevado que la población haya perdido credibilidad ante la justicia dentro del sistema democrático, por lo que era necesario dar un mensaje claro, firme y contundente: no más privilegios procesales para ningún alto funcionario. Es el fin de las vacas sagradas en el Perú. Nadie debe tener corona ni situarse por encima de la ley, esto es, había que hacer realidad el principio constitucional de igualdad ante la ley, pues estas altas autoridades ahora carecerán de cualquier blindaje para cuando sean requeridos por la justicia. Tenemos el deber de explicarle al pueblo que se valore la reforma alcanzada por el Congreso, que incluye además de la eliminación de la inmunidad, la paridad y alternancia de género en listas de candidatos, el distrito electoral para los peruanos en el extranjero, los impedimentos para que personas con sentencia condenatoria en primera instancia postulen a cargo de elección popular, la forma de elegir a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, y la ley de asignarle 6% del producto bruto interno al sector educación. Seguimos avanzando.
(*) Congresista y Ex Vicepresidente de la República