Ricardo Sánchez Serra
El congresista Víctor Andrés García Belaunde “Vitocho” ha solicitado al Congreso se retire el título de “Prócer de la Independencia Sudamericana” a Mariano Ignacio Prado, distinción aprobada durante el gobierno de su hijo Manuel en 1944.
En los debates de la Comisión de Cultura, que preside con eficiencia María Melgarejo, los pradistas, es decir, los partidarios de Prado, no han podido rebatir la investigación seria y documentada de Vitocho contenidos en su libro “El Expediente Prado”.
Es sabido que la independencia final del Perú se logró en los campos de Ayacucho y que en la batalla del 2 de mayo de 1866 se rechaza una flota española que reclamaba deudas y pretendía defender a un colono español. No era una invasión, por lo que en honor a la verdad no se puede hablar de una “consolidación de la independencia”.
En esa batalla falleció el ministro de Guerra don José Gálvez, quien estuvo al frente de una batería de cañones. Entonces, uno de los grandes héroes de la contienda era él, que en todo caso también debió ser declarado “prócer de la independencia sudamericana”, distinción que no se hizo.
Entonces era claro que lo que trataba de hacer Manuel Prado era limpiar la imagen de su padre, así como la contratación de pseudos historiadores, mercenarios, que hasta falsificaron cartas, como una supuesta de Grau, demostrada por Vitocho.
El presidente Mariano Ignacio Prado abandonó el Perú en plena guerra y si bien Vitocho lo trata benignamente al decir que huyó para proteger sus negocios, fue un cobarde y traidor. Esa es la verdad.
Esos calificativos cobran más vigor porque Prado continuaba haciendo negocios en Chile, en plena guerra. Sus minas de carbón alimentaban los barcos chilenos que atacaban a los peruanos. ¿Cómo se puede juzgar esto?
Ningún peruano bien nacido puede rendir homenaje a un traidor, por eso es que se le debe quitar el tratamiento de prócer a un hombre que no lo merece. Debemos honrar a nuestros héroes, pero no a un embustero. Aquí no se debe ser tibios, porque sino por la rendija entrarán otros troleros.
Algunos opinan que no hay que desenterrar la historia. ¿Y por qué no, ah? Hay que glorificar a los verdaderos héroes como Grau, Bolognesi, Cáceres, Quiñones. No a los que pretenden ser fabricados como “insignes”, como Prado, Iglesias o Piérola. Todos estos deben tener su “expediente”.
El Mariscal francés Philippe Pétain fue declarado héroe de la Primera Guerra Mundial y todo Francia puso su apellido en calles y plazas erigiéndose monumentos en su honor. En la Segunda Guerra Mundial fue sentenciado por alta traición al haber colaborado con el nazismo. Hoy no hay ninguna calle con su nombre y su monumento fue destruido.
La Comisión de Cultura del Congreso debe aprobar el Proyecto de Ley que deroga el título de «prócer» al general Mariano Ignacio Prado. No es ejemplo, no lo merece.
@sanchezserra