EEUU / CRISIS EN FF.AA EN WASHINGTON
Desde hace semanas una creciente preocupación se ha instalado en los pasillos del Pentágono tras ver cómo, a lo largo de los últimos meses, las aeronaves de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos parecen caer como moscas, una tendencia que ha experimentado un repunte del 38% en apenas un lustro.
A pesar de que el discurso oficial del Departamento de Defensa es que «siempre que se pilotan máquinas complejas ocurren accidentes», tal y como defendió recientemente el teniente general Kenneth McKenzie, director del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el reguero de titulares sobre accidentes indica otra cosa.
Dos pilotos fallecidos el pasado 14 de marzo durante un vuelo de entrenamiento, siete militares muertos apenas un día después al precipitarse un helicóptero en Irak durante un vuelo rutinario, un piloto de los acrobáticos Thunderbirds que no sobrevivió al accidente que sufrió su nave el 4 de abril… son sólo algunos de los últimos ejemplos de esta tendencia.
Finalmente, el hecho de que el mando militar estadounidense para África (Africom) suspendiera unas maniobras en Djibuti, «en respuesta a dos incidentes aéreos separados», sumado a una investigación realizada por el medio especializado «Military Times» han acabado por poner de manifiesto la gravedad de la situación.