Por: Phillip Butters / Martín Vizcarra Cornejo no es un político común. La primera diferencia frente a los demás colegas de profesión es muy sencilla: ¡No tiene límites! Vizcarra es Presidente del Perú y podría, tranquilamente, haber sido “coimero serial” recibiendo dinero de ICCGSA, de Obrainsa, de Casa, de Odebrecht o de Graña y Montero, sin ningún inconveniente, porque hemos visto una inmensa cantidad de indicios y hasta pruebas que lo ponen a este señor al borde de la vacancia presidencial y no se le mueve un pelo. Martín Vizcarra coordinó con José Manuel Hernández su llegada a la plancha presidencial de PPK. También había estado negociando, a la vez, con Alan García y con Keiko, reculó a Peruanos Por el Kambio. SPR hizo todas las coordinaciones posibles para que vacaran a Kuczynski y él fuera Presidente. Traicionó a PPK sin que tuviese ningún remordimiento. Seguidamente, fusiló a meche Aráoz; arrinconó a Keiko, la metió presa; y presionó también a Alan García. Pero previamente aniquiló al Consejo Nacional de la magistratura (CNM), con ese gran caso llamado Los ´Cuellos blancos del Puerto´, en donde los principales protagonistas eran Antonio Camayo, su gran amigo, y el juez Hinostroza Pariachi, el “hermanito”. Permitió que Hinostroza fugase, hoy con una extradición pendiente por dos casos que son muy menores: patrocinio ilegal y tráfico de influencias.
A Camayo lo metió preso la DIVIAC, que controla el ministerio del interior y ahora está calladito. Está recontra comprobado que él también estuvo en la casa del susodicho juntos con Héctor becerril, el congresista Wong y con José vega Antonio. Inclusive, le mostraron la foto con Camayo y sin ninguna vergüenza dijo que ¡No la reconocía! Vizcarra puede mentir con fluidez y con un cinismo sin límites. Vizcarra cerró el Congreso e hizo un pésimo golpe de Estado. Vizcarra ha tomado importantes facciones de la Fiscalía de la Nación. Creo que eso es evidente. Vizcarra acaba de empujar a José Luna Gálvez a una cárcel, no solamente jaqueando la posibilidad de los votos de la vacancia, sino que además, metiendo a la cárcel de por vida a un hombre que tiene más de 70 años de edad y quitándole la posibilidad de tener un partido a Daniel Urresti, es decir dejarlo en la mera calle, ad portas de una práctica condena de cadena perpetua por el asesinato del periodista Hugo Bustíos. Vizcarra no tiene límites. Es capaz de hacer cualquier cosa, inclusive puede meter preso también a los hijos de César Acuña Peralta (Richard y la hermana Kelly) tiene acusaciones por tráfico de terrenos y lavado de activos, pero eso es prácticamente nada para lo que acaba de hacer, ha girado S/. 3.400 millones a diversos gobiernos regionales y municipalidades.
Con ese tremendo clientelismo político que le permite la caja del Estado tiene a varios arrodillados, entre ellos a una serie de señores que tienen vínculo directo con Alianza Para el Progreso. Dicho todo esto ¿de verdad creen que este señor no es capaz de cualquier cosa por digitar al próximo Presidente o intervenir en el proceso electoral? ¿Acaso la DIVIAC ya no le metió una patada a la Oficina Nacional de Procesos Electorales? ¿Ustedes realmente creen él será imparcial las próximas elecciones? La verdad es que me asombra cuando hay gente inteligente que pueda decir que no es oportuno vacarlo, porque la economía es primero, o por la estabilidad del país. Vizcarra es un sujeto de altísima peligrosidad, capaz de cualquier rapacería o cualquier exabrupto que para otras personas se le llenaría la cara de sangre o de vergüenza. Eso no tiene Vizcarra. Él no es siquiera inmoral, esa palabra no forma parte de su vocabulario político ni personal. Reitero, no tiene límites. Es sumamente peligroso que siga siendo Presidente del Perú.
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