Por: Martín Valdivia Rodríguez
Lima estará mañana, literalmente, en los ojos del mundo. La finalísima de la Copa Libertadores se jugará en nuestra capital a estadio lleno y con la atención de 5 mil millones de televidentes de 169 países del planeta. Será una exposición mediática que los peruanos debemos de sacar provecho básicamente desde el punto de vista turístico, no sólo siendo buenos anfitriones, sino exponiendo las bondades y riquezas de nuestro país.
Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), durante estos días previos al partido entre RiverPlate y Flamengo, el movimiento económico que se registrará en el país bordeará los 23 millones de dólares, dándole a nuestra economía un movimiento inusitado que llega como una oleada desde Argentina y Brasil. Mincetur explica que sólo por gasto directo de los barristas gauchos y cariocas nuestra capital recibirá unos 9 millones de dólares. A ello hay que sumarle las entradas de los auspiciadores y el gasto diario de las delegaciones extranjeras que se pondera será de unos 14 millones de dólares.
Como quiera que tendremos una masa de turistas que sólo viene a ver el partido y no le preocupa instalarse en hoteles de 5 estrellas, los beneficiados serán los pequeños hoteles de 2 y 3 estrellas que se encuentran a lo largo de la avenida Javier Prado, Arequipa y La Marina, básicamente. Esta masa de visitantes inundará, ciertamente, restaurantes, bares, pizzerías, discotecas y supermercados. Mincetur calcula que el impacto indirecto será de unos 9.4 millones de dólares, es decir, todos ganarán en esta locura futbolística.
Ahora bien, sería importante que Prom Perú aproveche esta ventana para presentar algún número especial antes de iniciarse el partido, teniendo en cuenta a los millones de espectadores que verán este encuentro a nivel mundial. Ciertamente la buena imagen dejada por los Juegos Panamericanos juegan a nuestro favor, debiendo aprovechar esta ola de organización en espectáculos masivos. Sin duda todos ganaremos: el Perú como imagen, los comerciantes, el sector turismo, los transportistas y, desde luego, los hinchas agradecidos que esta final única se juegue en nuestra capital. Un privilegio del que todos debemos sacar provecho. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.