Las cámaras de seguridad terminaron delatando a Herbert Salinas (58), quien entregó las llaves del edificio para que sicarios apuñalaran a su progenitor de 87 años. Luego fue a gastarse la plata en un casino y en concierto de Armonía 10.
La ambición por el poder y la codicia por el dinero eclipsaron el amor por su padre. En febrero de este año, Perú quedó atónito al conocer el caso de Herbert Salvador Salinas Jaime, un abogado de 58 años que ordenó el asesinato de su padre, Salvador Salinas Guerrero (87), gerente general de una cooperativa, con el fin de robarle 100 mil soles y heredar su puesto.
Salvador Salinas había estado al frente de la Cooperativa de Servicios Múltiples de Carteros (Corsemuc) durante 40 años, una entidad que maneja millones de soles mensuales y cuenta con socios, en su mayoría jubilados del servicio postal y del Ministerio de Transportes. El 5 de febrero de este año, dos sicarios enmascarados lo apuñalaron en su oficina, ubicada en el jirón Callao 332, interior 202, en el Cercado de Lima.
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Lo dejaron moribundo y, cuando los trabajadores lo encontraron, lo trasladaron al Hospital Arzobispo Loayza, pero lamentablemente falleció en el camino.
