Entrevista al expresidente del Congreso
Pablo Carranza Espinoza
En su calidad de expresidente del Congreso de la República, Daniel Abugattás conoce pormenorizadamente las prácticas parlamentarias por eso tiene una idea muy clara de lo que ha sucedido “bajo la mesa” para que se dé la elección de Josué Gutiérrez como Defensor del Pueblo y la protección a hacia “los niños” contra la acusación constitucional que cernia sobre ellos.
En declaraciones a este Diario, este político de 68 años apuntó que el Poder Legislativo está viviendo uno de los peores momentos de su historia por los constantes actos inmorales que muchos de sus miembros han protagonizado desde que comenzó el actual periodo legislativo en el 2021. Asimismo, expresó que esta situación es responsabilidad de todas las bancadas, tanto de derecha como de izquierda.
¿Ya se puede descartar el adelanto de elecciones generales?
Por supuesto, ya los congresistas han pasado la página a pesar de que el pueblo peruano está muy disconforme con el funcionamiento mostrado en los últimos tiempos. No soy de dejarme llevar mucho por las encuestas, pero sin duda su popularidad está muy baja. Existe una percepción de que muchos legisladores no representan realmente los intereses y preocupaciones de la población. Algunos políticos han sido elegidos debido a su popularidad mediática o por ser miembros de familias políticas influyentes, lo que puede generar una sensación de desconexión entre el Congreso y la ciudadanía.
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¿Le pareció extraña la elección de Josué Gutiérrez, un exhumalista como usted, en la Defensoría del Pueblo?
Es común que los legisladores cambien formen alianzas o hagan pactos rápidamente, a menudo sin una coherencia ideológica clara. Ese señor, que obtuvo 88 votos en el Parlamento es una persona que tiene una trayectoria política en la que ha estado muy cerca del poder, en general, como usted dice fue congresista del Partido nacionalista, pero también ha sido abogado de políticos. Por lo tanto, no deja la garantía de imparcialidad, que es algo que se pide al defensor del pueblo, pero lo mismo sucede con la protección que recibieron “los niños”, es una vergüenza.
¿Por qué el Perú no puede tener un buen Parlamento?
La corrupción y los escándalos políticos han erosionado la confianza de la ciudadanía en el Congreso y en los políticos en general. La falta de transparencia y la impunidad en los casos de corrupción han generado un ambiente de escepticismo y desconfianza, además, existe una percepción de que los congresistas no representan adecuadamente los intereses y las necesidades de la población. Pero estos parlamentarios están más alejados de la realidad deben ser los peores de la historia del Congreso.
Según su experiencia como presidente del Congreso, ¿cómo podría recuperarse el prestigio de esa institución, recordando que es el poder del Estado más rechazado?
Fomentando la rendición de cuentas, estableciendo mecanismos efectivos e incluyendo la evaluación regular de su desempeño y la sanción en caso de incumplimiento de las responsabilidades. Establecer códigos de ética claros y exigentes para los legisladores, promoviendo mecanismos de participación ciudadana, como audiencias públicas y consultas ciudadanas. Fomentar la elaboración de leyes de calidad, mediante la realización de análisis técnicos, consultas especializadas y evaluaciones de impacto, para garantizar la eficacia y viabilidad de las leyes, pero para ello se necesita consenso en los líderes políticos, y en estos momentos cada uno está pensando en sus intereses y futuro.
¿Cree que el gobierno de Ollanta Humala, en el que usted participó, pudo haber sido más exitoso?
¿Exitoso en qué? Hubo errores, como en todos los gobiernos, pero me hubiera gustado que implementara medidas que garanticen la transparencia, como la divulgación de información, también hubo falta de coherencia y continuidad en la gestión económica durante su gobierno. Se implementaron medidas contradictorias, lo que generó incertidumbre en los inversionistas y afectó la estabilidad económica del país. Por último, varias ocasiones, Humala mostró una comunicación poco clara y errática, lo que generó confusión y dificultó la comprensión de sus políticas y decisiones por parte de la ciudadanía.