En tanto, el alcalde de la ciudad trujillana Mario Reyna, calificó el atentado como un acto de terrorismo y, al exhortar acciones inmediatas, propuso implementar el toque de queda.
Durante la madrugada del pasado veinte de enero, la ciudad de Trujillo se estremeció ante un ataque con explosivos perpetrado contra la sede el Ministerio Público, ubicada en la avenida Jesús de Nazareth.
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Dicho incidente, que causó serios daños estructurales a la institución, también afectó a viviendas, negocios y una universidad cercana. Cabe señalar que, una de las explosiones aparentemente fue provocada por un artefacto explosivo y un automóvil, lo cual generaron alarma entre los vecinos de la urbanización quienes despertaron sobresaltados debido a la magnitud del estruendo.
Asimismo, el hecho ocurrió en medio de un contexto marcado por el estado de emergencia que fue decretado por el gobierno de Dina Boluarte con el fin de enfrentar la creciente delincuencia en diversas regiones del país. No obstante, este atentado expone las limitaciones de las medidas adoptadas hasta el momento y pone en evidencia la necesidad de una respuesta más efectiva ante la ola de violencia que golpea la ciudad.
Sin mebargo, horas después del atentado, se llevó a cabo una sesión del Consejo de Estado en la localidad de La Libertad, en donde, el presidente de Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, se manifestó sobre las medidas que se evalúan para decretar un toque de queda. «No descartamos ninguna medida que vaya a ser necesaria. Si la recomendación de quienes están en el campo enfrentando al crimen es que declaremos el toque de queda, lo haremos sin dudarlo. De momento, esa medida no se va a adoptar”, indicó.