Una grieta de 3.500 kilómetros, desde el Mar Rojo hasta Mozambique, transformará la geografía del continente en millones de años.
La región del Rift de África Oriental, una de las áreas tectónicas más activas del mundo, es escenario de un fenómeno geológico de proporciones colosales: África se está dividiendo lentamente en dos masas continentales. Este proceso, que comenzó hace 35 millones de años, ha formado una grieta de 3.500 kilómetros que eventualmente podría dar lugar a un nuevo océano.
El origen de la fractura continental
El Rift, que atraviesa países como Kenia, Etiopía, Tanzania y Mozambique, se originó por tensiones en la litosfera, la capa más externa de la Tierra. Estas tensiones, resultado de fuerzas tectónicas horizontales, han debilitado la corteza terrestre, permitiendo el ascenso de material del manto hacia la superficie. Según la geóloga Lucía Pérez Díaz, «estas fracturas son las etapas iniciales de una ruptura continental; si se desarrollan completamente, abrirán una nueva cuenca oceánica».
El proceso, aunque extremadamente lento —con una velocidad de separación de apenas 6,35 milímetros al año, similar al crecimiento de las uñas—, ya está transformando el paisaje. Además, fenómenos como el super olaje africano, que implica el ascenso de una gran columna de manto, intensifican la actividad sísmica y volcánica en la región, expandiendo las fisuras en diversas direcciones.
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Un futuro marcado por un océano emergente
Cynthia Ebinger, catedrática de geología, señala que esta transformación podría tomar hasta 10 millones de años para completarse, con la formación de un océano similar al Atlántico. «Aunque el ritmo es constante, factores como la dinámica interna de las placas tectónicas podrían acelerar o frenar este proceso», añade el experto en Ciencias de la Tierra Ken Macdonald.
El Rift de África Oriental divide el continente en dos bloques principales: Nubia y Somalia. Su separación abrirá nuevas costas y rutas marítimas, alterando significativamente la geografía de la región. Este fenómeno recuerda la separación de Sudamérica y África, que dio origen al océano Atlántico hace millones de años.
Impacto en los países afectados
La grieta atraviesa al menos diez países africanos, donde ya se observan efectos de mayor actividad sísmica y volcánica. Mientras el proceso continúa, África se transforma lentamente, dejando huellas geológicas que definirán su futuro y el de las generaciones venideras.