Venimos aplicando una política de cajeros del tesoro público y de baja inflación. Carecemos de planificación estratégica, prevención y visión de futuro.
El gobierno no demuestra habilidad técnica para enfrentar la situación económica actual. Por su falta de experiencia, los técnicos del MEF, no han priorizado bien los problemas, para aplicar una política económica que atraiga la inversión privada y acelere la inversión pública.
El Ministerio de Economía– MEF, no tiene al equipo económico adecuado ni una estrategia para reactivar la economía, parte de su equipo económico, está integrado por funcionarios solo con formación académica.
El MEF no viene dando a los sectores – pliegos presupuestales- acompañamiento y seguimiento, en la atención de los requerimientos (consultas, opiniones, aprobaciones en materia presupuestal, inversiones, etc.). Cuando el MEF no cumple lo acotado los pliegos no ejecutan su presupuesto.
Se emiten normas con asignación presupuestaria y no se ejecutan. Se dice que la recesión es bárbara y que no habrá reactivación rápida. Sin embargo, la economía se reactivó a tasas de crecimiento en 1986 9.4%, 1987 9.7%, 1994 12.4%, 2008 9.1%.
La economía se puede recuperar con una política económica que tenga estabilidad de precios, disminuya el déficit fiscal, equilibrando la balanza de pagos, mejora de la distribución del ingreso, disminución de la extrema pobreza.
La Presidencia del Consejo de Ministros PCM debe tener liderazgo y fijar metas de gestión institucional por sector, adoptando medidas para fortalecer la capacidad de gestión de los Gobiernos regionales con el MEF y el apoyo de la Contraloría General.
La política económica neoliberal ha reducido la influencia que tenían los sectores en la formulación de su especializada política sectorial y es el MEF quien la define, siendo juez y parte, en las decisiones técnicas especializadas de los sectores.
Hay que reformar el Estado, achicarlo, disminuir la burocracia por una selección de directivos capaces y restructurar el presupuesto de la república. Con un rol activo, eficiente y eficaz del Estado.
Se debe adoptar un modelo de crecimiento económico que impulse la inversión en ciencia, investigación, tecnología e innovación y mejorar la productividad de la fuerza laboral. Hay que invertir en educación y salud, mejorar la infraestructura y, potenciar los sectores.
Hay que hacer una reforma microeconómica, con medidas que beneficie a las mayorías para lograr mejores precios, calidad y cobertura a través del fomento de la competencia en los mercados y evitar oligopolios. Además, regular el mercado para evitar empresarios rapaces, sin más interés que aprovechar las oportunidades de beneficio que ofrece el trabajo barato.
Debemos recordar lo que sostenía Robert Lucas, Premio Nobel de Economía en 1995, con la teoría de las expectativas racionales: las acciones futuras de los agentes económicos tienen incidencia en la inversión, precios, tasas de interés, tipo de cambio, tributos entre otras variables, que son impactadas por lo que esperamos del comportamiento futuro de la economía.
“Quienes hablan mal de la economía donde no se aplica una política económica coherente, crean expectativas negativas de desconfianza que la empeoran. Los empresarios y políticos, no deben hablar mal de la economía, si quieren cooperar a que mejore”. Mensaje a los políticos.
(*) Economista.
(*) La Dirección no se hace responsable por los artículos firmados.
